Con el nombre de clavel agrupamos a un conjunto de plantas herbáceas afines que se caracterizan principalmente por ser perennes, con tallos herbáceos anuales que no alcanzan más de 4 palmos de altura, y con hojas encontradas, muy estrechas y de color verde glauco.
Existen muchas variedades de claveles, unos más vistosos que otros, pero en cualquier caso todos ellos son de bonito color y suave aroma.
El clavel silvestre se crÃa en las laderas áridas y soleadas de AndalucÃa.
Pero por lo común se cultivan por doquier, ya que es una de las plantas más apreciadas que existen.
En principio, el clavel silvestre florece durante la primavera y verano.
Pero lo más normal es encontrar el clavel cultivado, pues se puede hacer florecer de manera artificial cuando se quiera, incluso en pleno invierno.
Lo único que requieren para su desarrollo es una buena tierra y abundante riego.
El sol les debe dar de lleno.
El clavel es una planta de conocido uso ornamental.
Como especie aromática, se deduce que en su composición debe hallarse una esencia muy olorosa, y en efecto se la puede encontrar, aunque en cantidades pequeñas, distintas para las diferentes variedades de claveles que existen.
En las partes herbáceas de la planta también es posible hallar saponinas y algunos principios activos de menor importancia.
En cuanto a sus usos medicinales, poco hay que decir.
En realidad, no es una planta que se caracterice por poseer intensas propiedades medicinales, pues más bien su principal empleo se enmarca dentro del campo de la perfumerÃa.
Si se incluye aquà es porque antaño se usaba un agua de clavel como colirio para el lavado de ojos cansados o dañados
Este uso es un claro ejemplo de la teorÃa del signo: en efecto, antiguamente a la flor del clavel se la comparaba con los ojos, ya que en el centro de la misma aparecen ciertas pintas que se parecen a la niña de los ojos; de ahà se propuso el extraer el espÃritu del clavel, para calmar ojos cansados o dañados, y se empezó a preparar el agua destilada de claveles de jardÃn.
Hoy en dÃa serÃa una locura utilizar esta preparación.
El arsenal de colirios que existen en nuestras farmacias cubre todo el espectro de posibles enfermedades oculares, y el proceso tecnológico de fabricación cumple las más estrictas exigencias en cuanto a control de calidad, pues hay que tener sumo cuidado con los medicamentos oculares por el peligro que entraña una posible contaminación del producto.
Hoy en dÃa el clavel no se administra mas que en forma de esencia y sin uso terapéutico, simplemente como cosmético o producto de perfumerÃa.
Para las irritaciones oculares lo mejor es acudir a un especialista.