Agárico (hongo) Poliporus officinalis, L.
CaracterÃsticas
El hongo es uno de los más ricos en especies del reino vegetal, pues no bajan de 1.200 las que están bien determinadas. Algunas son comestibles, otras venenosas, como la mayorÃa de las setas. Los hongos crecen en los terrenos más variados: en los basurales, entre las hojas podridas, en los detritos vegetales de toda clase, sobre las maderas y las cortezas o raÃces de los árboles secos o vivos. Se encuentran en todas las regiones, desde las polares hasta las ecuatoriales, aunque abundan más en las zonas templadas. Es casi imposible clasificar y menos enumerar todos los hongos que existen. Van desde el microscópico que se adhiere a las patas de una mosca hasta el gigantesco que se parece a una achupalla. Nombraremos aquà sólo los más comunes y conocidos.
Las especies más conocidas en Europa son: la criadilla de tierra o Tuber cibarium, Bull.; el hongo campesino o Agaricus campestris, L.; el Boletus edulis, D.G.; el Agaricus albellos, DeC., etc. Por desgracia, hay en Europa muchas especies venenosas, incluso de efectos mortales. Este peligro casi no existe en Chile.
En Chile tenemos muchas especies de hongos, conocidos con el nombre de "callampas". Uno de los mejores es el loyo, hongo grande y muy comestible, que se crÃa en la provincia de Valdivia.
Los hongos son pobres en carbono, pero muy ricos en nitrógeno; de ahà que sean un alimento casi tan nutritivo como la carne. Muchos, como el A. campestri, se cultivan por su sabor fino y delicado; otros, en cambio, son un valioso alimento de los pobres en muchos paÃses del mundo.
La manera de cultivarlos puede verse en cualquier tratado de hortalizas.
En general, los hongos duran poco, pues se llenan de gusanos por causa de una mosca que deposita en ellos sus huevos.
Los hongos empleados en medicina con el nombre de "agárico" (palabra griega que significa precisamente "hongo") no son propiamente tales, sino que pertenecen al género PolÃporos. Son tres: el Poliporus igniarius, L., parecido a la pezuña de un caballo y que se adhiere a los árboles frutales, poroso en su parte inferior; el P. fomentarius, L., que vive adherido a las encinas y hayas, de sombrero casi plano por debajo; y el P. laricis, L., o "agárico blanco", que crece sobre el tronco de los alerces, de efectos medicinales muy violentos.
Los dos primeros se conocen también con el nombre de "agárico de encina" o "yesquero", pues sirven para preparar la yesca.
Quitada la corteza y dividido en pedazos, se casca con mazo de madera para que se vuelva suave y flexible. De este modo se prepara el "agárico de los cirujanos", utilizado para detener hemorragias pequeñas, pues favorece la formación de coágulos. Impregnado de solución de percloruro de hierro a 30 grados, constituye la "yesca hemostática", que en el acto detiene el flujo sanguÃneo. Basta aplicarla con el dedo sobre la herida sangrante, comprimirla durante 10 ó 15 minutos y sujetarla con un vendaje.
La yesca para encender el fuego se forma con agárico de encina, macerado en agua cargada de nitrato o clorato de potasio, y secado al aire (Chernovitz).
Uso medicinal
a. El agárico seco pulverizado y dosificado como se indica a continuación, es un buen purgante y vermicida. Para pulverizar el agárico seco, después de haberle sacado la corteza, se frota contra las mallas de un tamiz puesto al revés sobre un papel en el que se recoge el polvo.
Dosis:
Adultos: 1 gr dividido en 4 partes
Niños: 0,25 gr dividido en 4 partes
En ambos casos se administra cada 3 horas, disuelto en un vaso de agua azucarada.
b. Tomando solamente una dosis diaria antes de acostarse, sirve como buen remedio contra el sudor de los tuberculosos.
El primero que parece haber empleado el agárico blanco para este fin fue Haert en 1867. Barbut y Tiebel confirmaron tales resultados.