ACUPUNTURA Curación de enfermedades por medio de agujas
La acupuntura es un arte terapéutico de origen chino que consiste en tratar las enfermedades mediante la inserción de agujas en puntos específicos de la piel de lá persona. Estos puntos integran un sistema de canales de energía invisible llamados meridianos que, según se piensa, están vinculados con los órganos internos. Los acupunturistas afirman que las agujas sirven para aumentar, disminuir o restablecer el flujo de energía (llamada chi) que pasa a través de los meridianos.
La medicina tradicional china concibe el cuerpo humano como el estado de equilibrio entre dos fuerzas naturales opuestas que se complementan mutuamente, el yin (femenina) y el yan (la masculina). El yin está asociado con cualidades como la pasividad y la ecuanimidad, y reprecuridad, frío, humedad y dilatación; por el contrario, yan está relacionado agresividad y la estimulación y simboliza luz y, calor, sequedad y contracción.
Se considera que el desequilibrio entre estas fuerzas es la causa de diversas enfermedades y dolencias. Así, por ejemplo, el yang puede ocasionar DOLOR inflamación, espasmos, DOLOR DE HIPERTENSIÓN, y el exceso de yin, dolores musculares, escalofrío, retención y CANSANCIO.
El pronóstico y el tratamiento de acupuntura están encaminados a identificar cualquier desequilibrio corporal y corregirlo a través de la inserción de agujas en los puntos apropiados. La teoría clásica reconoce 365 puntos distribuidos a lo largo de 14 meridianos, pero el número total ha aumentado a través de los siglos hasta unos 2.000.
Diez de los meridianos tienen el nombre al cual representan (corazón, higado, vejiga, riñón, vesícula biliar, pulmón, intestino grueso, tómago y bazo) y dos tienen el nombre que la medicina occidental no reconoce como tales: el pericardio, que regula la circulación sanguínea e interviene en la función sexual, y el triple calentador, regula la actividad de las glándulas endocrinas y funciona como termostato corporal. Los dos meridianos restantes se denominan vaso de concepción ("Ren") y vaso gobernante (Du"), y ambos están situados en la línea media del cuerpo. Según la teoría, los desequilibrios físicos anímicos y ambientales perturban el flujo de energía chi y hacen que se vuelva muy rápido o muy lento, o bien lo obstruyen o lo desvían al órgano equivocado. La tarea del acupunturista es restablecer el ritmo normal de dicho flujo.
Aplicaciones de la terapia
En los países occidentales la acupuntura se emplea principalmente para curar enfermedades como la artritis, el DOLOR DE ESPALDA y el REUMATISMO,pero también es útil para tratar algunos tipos de ALERGIA, ANGINA DE EDAD, ASMA, BRONQUITIS, COLICOS, TRASTORNOS DIGESTIVOS, enfermedades de la vesícula, INSOMNIO, ESTRES, cansancio y ÚLCERAS. Se afirma que también es efiicaz para aminorar los efectos secundarios de abandonar el TABAQUISMO y otros tipos de ADICCIÓN.
En busca del terapeuta adecuado. Las asociaciones de acupunturistas profesionales tienen códigos éticos y de práctica bien estructurados y para afiliarse a ellas los aspirantes deben demostrar un dominio adecuado de materias como anatomía, fisiología, patología y técnicas diagnósticas.
La consulta El acupunturista profesional emplea las técnicas diagnósticas tradicionales para elegir los puntos de tratamiento. Examinará la lengua del paciente, la textura y el color de su piel, las características de su cabello, sus movimientos, su postura corporal y también el timbre de su voz.
También le hará preguntas acerca de su tren de vida, alimentación, frecuencia de ejercicio, calidad de sueño, fobias y reacciones al estrés, y le tomará los 12 pulsos del diagnóstico tradicional, seis en cada muñeca, los cuales representan los 12 órganos y funciones principales de la acupuntura. A este procedimiento se lo llama palpación y es el medio al que recurre el terapeuta para identificar desarmonías en el flujo de chi y enfermedades de los órganos internos.
El acupunturista inserta entonces en puntos específicos de la piel del paciente unas finas agujas de acero inoxidable y las hace girar con los dedos para "atraer o dispersar la energía"; este procedimiento suele ser rápido, indoloro y no produce hemorragias, y la persona quizá sienta un leve adormecimiento u hormigueo alrededor de cada punto. La mayoría de los terapeutas apenas penetran la piel con las agujas (no más de 2 mm), mientras que los practicantes chinos las insertan hasta 5 cm de profundidad en el tejido muscular.
El número de agujas que se utilizan varía de 1 a 15 a la vez pero, en general, cuanta más experiencia tiene el terapeuta, menos agujas emplea. Éstas se dejan insertas varios minutos o hasta media hora (según las características del paciente, la reacción que haya tenido en sesiones anteriores y la enfermedad de que se trate), y en ese lapso la persona puede experimentar pesadez en las extremidades o una agradable sensación de relajación.
El acupunturista profesional utiliza agujas desechables previamente desinfectadas o las esteriliza en un aparato llamado autoclave. No basta con hervir aquéllas en agua pues hay riesgo de transmitir enfermedades como la hepatitis y el sida (si bien la probabilidad de que esto ocurra es mínima).
Las consultas duran alrededor de una hora, o más si se requiere efectuar una palpación o interrogar al paciente.
La acupunturista inserta agujas en el cuello y el hombro de un paciente enviado por un osteópata, para aliviarle el dolor y la tensión muscular causados por el desgaste del disco de una vértebra cervical.
Un apunte histórico
La palabra acupuntura significa literalmente "inserción de agujas" y fue acuñada por un médico holandés llamado Willem Ten Rhyne, que introdujo el tratamiento en el Viejo Continente en 1683, después de permanecer dos años en Nagasaki, lapón.
Este arte terapéutico se ha practicado en China durante más de 3.500 años pero no se conoce la fecha exacta de su origen. Según una leyenda, el poder curativo de la acupuntura empezó a vislumbrarse cuando alguien observó que los sobrevivientes de heridas de flecha en el campo de batalla a veces sanaban de enfermedades que habían padecido durante mucho tiempo.
El primer tratado médico sobre acupuntura del que se tiene noticia fue el Nei Ching Su Wen (conocido como el "Clásico de medicina interna del emperador Amarillo"), que data de alrededor de 400 a.C., fecha en que también apareció el primer informe del uso exitoso de la acupuntura con fines terapéuticos: un médico llamado Pein Chueh la había usado para sacar del estado de coma a un paciente moribundo.
La inserción de agujas fue utilizada en forma sistemática por médicos británicos a principios del siglo XIX para mitigar el dolor y mitigar la fiebre.La famosa gaceta médica The Lancet publicó en 1823 un informe detallado del uso exitoso de la acupuntura en el tratamiento del REUMATISMO.
Los puntos de acupuntura también pueden estimularse aplicando una corriente eléctrica de baja frecuencia o con haces de rayos láser. La electroacupuntura sirve además para detectar rápidamente dichos puntos (éstos dejan pasar la corriente eléctrica con más facilidad que otras zonas de la piel) y para acentuar el efecto estimulante de las agujas.
Por lo general, empieza a haber mejoría al cabo de cuatro a seis sesiones, sobre todo si el padecimiento tiene síntomas persistentes. No obstante, en enfermedades como el asma casi siempre hacen falta más sesiones para que el enfermo experimente los cambios.
En ocasiones el paciente percibe un empeoramiento de los síntomas al inicio del tratamiento, lo cual suele indicar que el acupunturista ha estimulado excesivamente su energía corporal y que en la consulta siguiente tendrá que usar menos agujas o acortar la sesión. Los beneficios de la terapia se experimentan en forma paulatina, pero si no se produce ninguna mejoría después de seis a ocho sesiones es preferible suspender el tratamiento.
Muchos acupunturistas aconsejan someterse a una sesión de terapia cada tres o cuatro meses para "afinar" el equilibrio energético del organismo y conservar la salud.
El punto de vista ortodoxo
Los médicos chinos han publicado gran cantidad de informes clínicos sobre el uso de la acupuntura en la curación de numerosas enfermedades, supuestamente con éxito, pero sus métodos de investigación no cumplen las normas de la ciencia occidental y por ello sus conclusiones se interpretan con cautela. No obstante, el uso de ciertos medicamentos en humanos y diversos experimentos realizados con animales de laboratorio han demostrado que sí es posible impedir que una señal de dolor llegue al cerebro "cerrando la puerta" del nervio sensorial correspondiente.
Aunque reconocen la eficacia de la acupuntura para inhibir en menor o mayor grado el dolor, algunos médicos hacen ver el peligro de que dicha terapia impida identificar a tiempo síntomas de enfermedades más graves, entre ellas el CÁNCER.
Se sabe que el organismo humano produce unas sustancias opiáceas llamadas endorfinas que adormecen los sentidos y mitigan el cansancio y la sensación de dolor. Estudios realizados en muchas partes del mundo han demostrado que el tratamiento con agujas hace que dichas sustancias se liberen en forma paulatina en el sistema nervioso central de la persona, y que el grado de alivio que ésta percibe después de la terapia guarda relación directa con la cantidad de endorfinas liberadas.
Esto explica en parte el éxito de la acu-puntura para suprimir el dolor durante el parto y en algunas operaciones quirúrgicas y odontológicas. En China la inserción de agujas es sustituto de los anestésicos químicos en un alto porcentaje de pacientes, e incluso en algunos hospitales y clínicas occidentales la acupuntura se emplea hoy día para aliviar dolores postoperatorios.
Hay pruebas suficientes de que los puntos de acupuntura tienen importancia desde el punto de vista médico. Se sabe que el tratamiento de zonas de piel hipersensibles por enfermedad con inyecciones, calor y masaje sirve para aliviar el dolor: esas zonas con frecuencia están alejadas del órgano afectado, y según investigaciones recientes, más de 70% de ellas son puntos de acupuntura.
Dichos puntos pueden detectarse con aparatos electrónicos pues su grado de resistencia eléctrica es inferior al de la piel circundante. Sin embargo, no se ha comprobado aún la existencia física de los meridianos corporales.