EPILEPSIA
La epilepsia es un trastorno neurológico a consecuencia del cual la persona sufre ataques convulsivos en los que pierde el conocimiento (CONVULSIONES). Dichos ataques duran de unos cuantos segundos a varios minutos, y se denominan de gran mal y de pequeño mal según el grado de hiperactividad cerebral que provocan.
Los ataques epilépticos de gran mal normalmente afectan a personas adultas: duran de dos a cinco minutos, suelen ser moderadamente intensos y ocasionan pérdida repentina del conocimiento, rigidez muscular seguida por convulsiones y luego por flaccidez e incontinencia. Los de pequeño mal, en cambio, son más comunes entre los niños y los adolescentes: suelen ser tan breves y leves, que la persona casi nunca se percata de ellos. Duran apenas unos segundos y durante ese lapso la persona parpadea rápidamente o adopta una mirada "ausente".
La causa principal de la epilepsia es una actividad eléctrica excesiva en algunas de las neuronas del cerebro: otros factores que la desencadenan son las lesiones craneales y los tumores cerebrales (CÁNCER), pero en muchos casos resulta imposible identificar la causa.
La epilepsia parece ser hereditaria y afecta a 4 de cada 1.000 personas; quienes la padecen pueden llevar una vida normal siempre y cuando reciban tratamiento médico oportuno y adopten medidas de seguridad para prevenir los ataques y no herirse ni causar daño a otras personas en caso de sufrir uno en forma imprevista.
Lo que los terapeutas aconsejan
Naturopatía Los naturópatas recomiendan adoptar una dieta equilibrada de alimentos enteros para reducir la frecuencia e intensidad de los ataques epilépticos: ellos señalan que para este fin son particularmente útiles las ensaladas mixtas y las frutas frescas .
Flores de Bach Se puede usar el Remedio de urgencia durante un ataque epiléptico repentino y olivo para ayudar a la persona a recuperar el conocimiento. Hay otros remedios que ayudan a controlar diversos estados mentales y anímicos asociados con la epilepsia: por ejemplo, acebo si los ataques son provocados por accesos de odio o ira: agua de roca si la persona tiende a ser perfeccionista: mímulo para anular el temor a la propia enfermedad, y hojarazo si se experimenta fatiga mental.
El punto de vista ortodoxo
No hay pruebas de que la medicina alter nativa ayude a reducir la frecuencia o la intensidad de los ataques epilépticos. Sin embargo, algunos médicos no se oponen al empleo de opciones terapéuticas como las SALES TISULARES: desde luego, subrayan la importancia de una buena alimentación y aconsejan practicar el YOGA.
Los médicos suelen prescribir fármacos anticonvulsivos para controlar los ataques epilépticos y, una vez iniciado el tratamiento, hay que mantenerlo de por vida.