CURANDEROS
Antiguos métodos para combatir la enfermedad
Desde tiempo inmemorial han existido en todo el mundo personas dedicadas a tratar las enfermedades con métodos muy variados, al margen de la medicina oficial. Algunas de ellas, por ejemplo, aseguran que al concentrarse en sus pacientes consiguen aliviar el dolor, la irritación y el cansancio en cuestión de minutos, preparando asà al organismo para curarse por sà solo. En ocasiones las inflamaciones se reducen, las heridas mejoran y las infecciones ceden en poco tiempo. Se dice también que los pacientes tardan menos en recuperarse.
Las prácticas de los curanderos incluyen con frecuencia la manipulación y el uso de medicamentos de origen animal y mineral. No obstante, tales métodos coexisten con una rica tradición herbolaria, y a la par de hueseros y otros sanadores, ejercen yerberos que prescriben plantas medicinales cuyo conocimiento se ha transmitido de generación en generación desde tiempos prehispánicos.
En raras ocasiones se ha sabido de curanderos que realizan curaciones prodigiosas, tales como hacer que un ciego vea o un inválido ande. Sin embargo, aunque tales "milagros" reciben amplia difusión, los médicos y cientÃficos suelen mirarlos con escepticismo.
Algunos curanderos atribuyen sus poderes a una fuente espiritual externa que los canaliza a través de ellos; esto favorece el desarrollo de cierta espiritualidad en el paciente, con lo que supuestamente aumenta la rapidez y la eficacia de la curación. Aun asÃ, la confianza en el curandero y en su tratamiento no siempre es necesaria: se ha informado de recién nacidos, enfermos inconscientes, animales y plantas que responden favorablemente al tratamiento, y la observación de los patrones de desarrollo de algunas bacterias y levaduras ha demostrado incluso que la curación tiene efectos benéficos en ellas.
A fines de la década de 1980, dos profesores de fisiologÃa de la Universidad de Londres, los doctores David Hodges y Tony Scofield, realizaron experimentos destinados a comprobar de manera cientÃfica los poderes de un curandero y médium que utilizaba métodos psÃquicos para sanar. Según él, podÃa devolver la salud a "organismos enfermos", tales como semillas de berro cuya capacidad de germinación se habÃa impedido remojándolas por una noche en agua salada.
El curandero tomó la mitad de las semillas en las manos y les aplicó "energÃa curativa" durante dos minutos. Las semillas asà tratadas se colocaron luego sobre papel filtro mojado, junto con las que no recibieron tratamiento, y ambos grupos se dejaron en un laboratorio durante casi una semana. Una serie de pruebas posteriores revelaron que las semillas tratadas germinaban a un ritmo significativamente mayor que las demás. Los cientÃficos concluyeron que el curandero podÃa transmitir de alguna manera una fuerza curativa que capacitaba a las semillas para librarse de los efectos nocivos y desarrollarse de manera casi normal.
Otros cientÃficos, en cambio, no admiten la existencia de tales poderes, y atribuyen las curaciones inexplicables a remisiones espontáneas, es decir, a que el propio cuerpo vence la enfermedad (aun si lo hace de manera temporal), o bien, a la AUTOSUGESTIÓN. Algunos especialistas han señalado también que las curaciones de este tipo se relacionan con prácticas parapsicológicas, en las que intervienen la clarividencia (la supuesta capacidad de percibir cosas que escapan a los sentidos) y la telepatÃa (la transmisión directa de los sentimientos y pensamientos de una persona a otra). (TERAPIAS PARANORMALES.)
Se ha llegado a suponer que algunos curanderos entran en trances parecidos a los de los médiums, durante los cuales son poseÃdos por espÃritus de personas muertas, quienes realizan la curación a través de ellos. A veces el tratamiento consiste en la IMPOSICIÓN DE MANOS o el TOQUE TERAPÉUTICO, en los que, según se dice, los poderes curativos se transmiten por medio de las manos; algunos curanderos no llegan a tocar ni siquiera el cuerpo del paciente, sino que se dedican a pasar las manos cerca de él.
En busca del terapeuta adecuado La mayorÃa de las personas que acuden a un curandero lo hacen por recomendación de parientes o amigos. Como las variadas prácticas terapéuticas de los curanderos están arraigadas en la tradición y respaldadas más por la experiencia que por una preparación formal, a veces se prestan, lamentablemente, a la charlatanerÃa. La decisión de consultar a la persona recomendada debe basarse, por tanto, en el hecho de que un buen número de pacientes hayan quedado satisfechos con el tratamiento.
La consulta Por regla general, el tratamiento contempla la participación activa del paciente. En la etapa inicial, algunos curanderos hablan con voz pausada para relajar al paciente y hacerle admitir la posibilidad de recuperar la salud; una vez que se establece esta alianza, suelen concentrarse en sus poderes para hacerlos fluir libremente hacia el paciente. En ocasiones piden a éste que visualice imágenes de luz blanca o de color, con lo que supuestamente se contribuye al proceso de curación TERAPIA POR VISUALIZACIÓN).
El tratamiento suele distribuirse en sesiones semanales y durar hasta que el paciente muestre mejorÃa. Es posible que se experimente calor, frÃo o un hormigueo semejante a pequeñas descargas eléctricas en la piel de la zona afectada, lo que suele interpretarse como signo de que se está recibiendo una forma benéfica de energÃa, aun cuando ésta no se haya identificado cientÃficamente hasta la fecha. Sin embargo, no siempre se tienen dichas sensaciones, y puede haber curación sin ellas.
En ciertos casos, los pacientes sienten alivio en cuanto se inicia la curación, mientras que en otros tardan horas o dÃas en responder al tratamiento; en raras ocasiones hay que esperar semanas o meses para que la curación surta efecto. A veces desaparecen sÃntomas que el paciente olvidó mencionar al curandero y, en cambio, persiste la enfermedad por la que acudió a él, lo que quizá exija el uso de otros remedios.
Algunos curanderos no cobran por sus servicios, sino que se limitan a pedir un donativo voluntario, en tanto que otros cobran cantidades comparables a los honorarios de los médicos profesionales.
El punto de vista ortodoxo
Las prácticas terapéuticas de los curanderos, arraigadas a veces en una tradición milenaria, son mucho más antiguas que la medicina ortodoxa. Aunque no existen pruebas cientÃficas de su eficacia, muchos médicos reconocen que la confianza en el tratamiento desempeña un papel fundamental en la recuperación y no implica, en sà misma, daño alguno; el verdadero peligro estriba en que, si la naturaleza del padecimiento exige un tratamiento alopático, se pretenda prescindir de él por el hecho de confiar más en la terapia alternativa.