FIEBRE DEL HENO
Pese a su nombre, la fiebre del heno no es una fiebre, y su relación con el heno es muy remota. Lo cierto es que se trata de un tipo de ALERGIA que entre los médicos se conoce como rinitis alérgica o polinosis, y este último nombre quizá sea más apropiado porque casi siempre es el polen de ciertos árboles, flores y pastos lo que desencadena la reacción alérgica, aunque también pueden provocarla el polvo, el moho y las esporas de los hongos que crecen entre hojas descompuestas, madera podrida, paja y heno. Algunas personas son alérgicas incluso a las plumas, la lana, el pelo y las escamas de la piel de ciertos animales.
Cuando alguna de estas sustancias, llamadas alergenos, circula por el aire, produce en las personas alérgicas una secreción excesiva de histamina y otras sustancias que causan ESTORNUDOS, catarro, sinusitis, conjuntivitis, irritación de garganta y a veces ASMA, sÃntomas que pueden presentarse solos o en combinación y con distintos grados de intensidad.
Lo que los terapeutas aconsejan
NATUROPATIA
Consulta Se prescriben vitaminas B como preventivo durante la época de floración de las plantas cuyo polen causa reacciones. Se recomienda asimismo disminuir la ingestión de alimentos lácteos y de carbohidratos refinados, como el azúcar, que se consideran estimulantes de la secreción de moco: además, se cree que la intolerancia a los alimentos lácteos exacerba los ataques. Para obtener un efecto antihistamÃnico se prescriben grandes dosis de vitamina C (de 1 a 2 g diariamente).
Acupuntura Se estimulan puntos del vaso gobernante y de los meridianos del intestino grueso, el pulmón y el bazo.
Hipnoterapia Luego de hacer que el paciente se relaje y respire según ciertas técnicas, el terapeuta lo pone en trance hipnótico y le hace recomendaciones que surten efecto en el momento del ataque. La hipnosis se ha empleado para prevenir varios tipos de reacciones alérgicas, aun cuando las pruebas cutáneas siguen resultando positivas (ALERGIA).
Remedios populares Se recomienda masticar trozos pequeños de cera de abeja durante la estación previa a la temporada de los ataques. A la levadura de cerveza se le atribuyen también efectos benéficos.
El punto de vista ortodoxo
La mejor medida preventiva consiste en evitar la exposición a los alergenos. Hay que consultar al médico antes de usar antihistamÃnicos, ya que éstos pueden tener efectos secundarios y están contraindicados si se padece hipertensión. A veces se prescribe la inhalación de cromolina en polvo o en aerosol para prevenir los ataques, o bien, aerosoles de esteroides para reducir la inflamación de la mucosa respiratoria. Sin embargo, se desaconseja el uso prolongado de estos últimos, pues tampoco están exentos de efectos secundarios.
Los tratamientos de desensibilización a los alergenos ya no se consideran seguros, dado el riesgo de choque anafiláctico.