HEMORRAGIA NASAL
La hemorragia nasal, o epistaxis, es un trastorno común y casi siempre inofensivo provocado por la ruptura de uno de los vasos sanguíneos de la nariz, quizá como consecuencia de un golpe o por sonarse con demasiada fuerza o rascarse. Otras veces se debe a un RESFRIADO o a la resequedad de la mucosa nasal que suele producirse en tiempo frío y seco.
Un caso menos frecuente pero más grave de hemorragia nasal ocurre cuando la sangre fluye persistentemente de la parte posterior de la nariz hacia la garganta, lo que puede ser síntoma de HIPERTENSIÓN, SINUSITIS o trastornos circulatorios, y hace necesario acudir al médico.
Lo que los terapeutas aconsejan
REMEDIOS POPULARES
Autoayuda Para contener una hemorragia nasal, hay que sentarse derecho en una silla, inclinar ligeramente la cabeza hacia adelante y apretarse la parte blanda de la nariz con los dedos entre 10 y 15 minutos; mientras tanto se debe respirar por la boca, tragando o escupiendo la sangre que fluya a la garganta. Para apresurar el resultado conviene aplicar una compresa helada sobre el tabique nasal. La resequedad puede evitarse untando un poco de vaselina en el interior de las fosas nasales.
NATUROPATÍA
Consulta Si las hemorragias son recurrentes, el terapeuta investigará su causa mediante un examen general que incluye la toma de la PRESIÓN ARTERIAL. En caso de hinchazón recomendará la aplicación local de compresas heladas, y si las hemorragias se deben a un CATARRO persistente o existe congestión en los senos paranasales, prescribirá una dieta especial, complementos nutritivos y quizá inhalaciones.
El punto de vista ortodoxo
Para tratar una hemorragia persistente, el médico introducirá tampones de gasa en las fosas nasales bajo anestesia local. Es probable que tome la presión arterial para descartar una posible hipertensión, o bien, que ordene análisis para averiguar si existen anormalidades en la sangre. Si lo considera necesario, cauterizará los vasos propensos a sangrar.