El canelo, el maqui, la ruda y otras hierbas se unen con los rituales sagrados y el conocimiento ancestral de las machis para convertirse en preparados que se venden en cuatro locales comerciales: dos en Santiago, uno en Temuco y otro en Concepción.
Al entrar a la farmacia Makewelawen en Santiago no es casual encontrarse con mujeres hermosamente ataviadas con vestimenta mapuche. En la calle San Antonio y en plena Alameda, en el sector de Estación Central, se ubican dos locales que concentran toda la fuerza de esta medicina indígena.
En 1999 la Asociación para la Salud Makewe-Pelale soñó con poner al alcance de todos el uso de las hierbas medicinales que utiliza el pueblo mapuche. Fue así como se gestó la cadena de Farmacias Herbolaria Mapuche Makewelawen -remedio de maqui-, que hoy trabaja codo a codo con machis y médicos alópatas del Hospital Makewe de Temuco.
Rápidamente el sueño se fue convirtiendo en realidad y hoy cuentan con cuatro locales comerciales: uno en Temuco, otro en Concepción y dos en Santiago. Además, ha sido una fuente de trabajo para la “gente de la tierra” y una puerta abierta para dar a conocer su cosmovisión. De hecho, es requisito que todo el personal sea de origen mapuche y que hable mapudungun. Santiago Morales, el químico farmacéutico a cargo del local del sector de Estación Central, dice al respecto: “Sólo trabajamos con personas mapuche como una manera de potenciar la esencia que le da vida a esta medicina ancestral”.
La químico farmacéutico de la farmacia de San Antonio, Cecilia Ramírez, agrega que “a los trabajadores también se les hace un completo curso de capacitación para atender a los clientes, a pesar que casi todos ya traen los conocimientos de la familia”.
Al funcionamiento cotidiano de cada farmacia se le une la magia, el ritual y el sentimiento, pues todos los días comienzan su jornada de trabajo con una oración mapuche para pedir ayuda y protección en sus quehaceres.
Base científica
La región de la Araucanía, tierra prodigiosa, es rica en plantas medicinales que los mapuche han utilizado desde tiempos muy antiguos para sanar las enfermedades.
A partir de esa sabiduría nace Makewelawen que, actualmente ofrece 51 preparados a base de hierbas medicinales, sin químicos y diluidos en agua y en alcohol, que sirven para tratar un sinnúmero de males físicos. En el mundo occidental es lo que se conoce como fitoterapia.
Los recintos farmacéuticos de Makewelawen cuentan con los tres permisos necesarios por parte del Ministerio de Salud: de instalación, de funcionamiento y de laboratorio. “Ello quiere decir que está todo regulado por el servicio de salud en términos de higiene, rótulos, preparaciones y envases”, cuenta Cecilia Ramírez.
La labor que se hace en cada laboratorio es el final de una larga cadena de trabajo que comienza en Temuco. En sus inicios, las hierbas medicinales eran extraídas de los jardines del Hospital Makewe en la IX Región. Pero hoy, Makewelawen cuenta con sus propios terrenos de cultivo y también recolectan hierbas silvestres de la zona.
Esta sabiduría de la tierra, llamó la atención de un equipo de investigadoras danesas, Jeannette Lauritsen y Lene Jorgensen, quienes apoyadas por el doctor chileno Alfonso Guzmán, realizaron una extensa investigación de 21 especies nativas.
El resultado de este trabajo fue un libro titulado “Investigación etnofarmacológica de 21 especies medicinales nativas usadas por los mapuches del sur de Chile”, respaldado por la Facultad Química de la Universidad de Copenhague de Dinamarca y traducido al español gracias al aporte de la Fundación para la Innovación Agraria, FIA.
Durante el otoño de 2001, se recolectaron las especies estudiadas en la Región de la Araucanía: cadillo, meli, costilla de vaca, matico, palqui, quila, voqui colorado, deu, huella, cochayuyo, chilco, avellana, nalca, latue, laurel, tepa, radal, calahuala, saúco, kintral y murta.
Los resultados científicos demostraron la eficacia de la mayoría de estos vegetales sobre algunas enfermedades como cuadros hipertensivos, infecciones de la piel y de las vías urinarias. Además, se comprobaron sus propiedades antioxidantes, antirreumáticas y diuréticas.
Mención aparte merece el kintral (muérdago) que hoy es muy solicitado para el tratamiento de cáncer y tumores.
Cosmovisión mapuche
Si bien, los productos que se venden en Makewelawen se sustentan en el conocimiento de este pueblo indígena, no se podría decir que ahí prevalece su sistema de salud ancestral. En la cosmovisión mapuche sólo se erradica la enfermedad en presencia de la sabiduría de una machi, de las hierbas medicinales y de la persona afectada.
Para los mapuche, la vida en su totalidad debe estar en armonía y cualquier perturbación de ésta es causa de enfermedad. Los males los dividen en dos tipos: los winka y los mapuche. Existen tres categorías de éstos últimos: re kutran (causadas por la naturaleza, afecciones físicas), weda kutran (influencias mágicas o supernaturales, males psicológicos) y wenu kutran (causadas por los espíritus).
La machi es escogida por Chaw Ngenechen y se le anuncia su destino por medio de los pewmas (sueños) o perimontún (visiones). Después de un largo camino de aprendizaje, el último paso es la instalación de un rewe frente a la casa de la machi, junto con un canelo, un laurel, un maqui y un copihue, plantas sagradas.
El o la machi define la naturaleza de la enfermedad y para hacer su diagnóstico usa varias formas. La más común es por medio del pewtuwün willenmeo, es decir, mira la orina del enfermo. También utiliza el pewtuwün tukunmeo, que es observar la ropa de la persona enferma.
La machi recurre a su kultrun y, en una ceremonia denominada machitún, entra en trance y descubre la afección, mientras el dungumachife es quien traduce la información entregada por los espíritus.
Luego decide el tratamiento que es personalizado e integral y, casi siempre, es en base a plantas medicinales silvestres que crecen en lugares que sólo la machi conoce.
Sin duda, este forma de tratamiento es difícil de compatibilizar con la visión médica occidental, donde la enfermedad es vista sólo como un conjunto de síntomas y la visita a la farmacia pasa a ser una compra más.
En ese sentido, lo más cercano a la cosmovisión mapuche sería la labor que se está realizando en el Hospital Makewe donde se determina si las enfermedades de los pacientes son occidentales o mapuche. En ocasiones, la persona es derivada a un machi o viceversa.
Hasta ahora, Makewe es el único hospital en Chile que intenta la práctica de salud sobre bases interculturales en un camino que recién se empieza a recorrer.
Vuelta a lo natural
Más allá de la experiencia del trabajo intercultural y la importancia de la machi, existe una conexión especial entre las personas que acuden a las farmacias mapuche que está dado por el vuelco hacia lo natural, por el retorno a la tierra y a la simpleza de los vegetales.
Cecilia Ramírez comenta que “en la escuela de química y farmacia nos dan una pincelada de fitoterapia. Para mí, trabajar aquí es como devolverle la mano a tus tradiciones, ya que estamos rescatando sabiduría. La gente me pregunta si esto es medicina alternativa, yo les digo que no, que se define como medicina tradicional complementaria”.
El éxito de la sabiduría mapuche en Santiago ha sido tremendo. Prueba de esto, es la amplia demanda de cada uno de los preparados. “Ha superado todas las expectativas. De hecho, hemos tenido que contratar más gente porque no dábamos abasto”, señala Cecilia.
El arsenal fitoterapéutico mapuche se instaló en Santiago no sólo para cubrir la demanda del pueblo mapuche urbano sino también para satisfacer a todos aquellos que buscan un complemento a la medicina alópata.
Ese es el sueño de todos aquellos que trabajan en la cadena de farmacias mapuche. Por ello, esperan que los estudios científicos sigan validando su medicina para que pueda ser una alternativa autónoma y reconocida por el Estado.
Direcciones: en Santiago calle San Antonio 228, Alameda 307; en Temuco calle Aldunate 245 y en Concepción calle Portales 522. Teléfonos: 6811269 y 6383135. Sitio web: www.farmaciamapuche.cl
Algunas hierbas mapuche
- Chilka: molestias por lumbago, ciática y dolores musculares.
- Filel: dolores articulares, gota o molestias reumáticas.
- Firi (avena): pérdida de atención, desconcentración.
- Foldo: dolores, molestias hepáticas y aumento de colesterol.
- Ireire: molestias por acidez, flatulencias.
- Kallfüko: diversas molestias renales, ardor al orinar.
- Kintral (muérdago): tratamiento de fibromas, tumores, lipomas, miomas.
- Kulen: tratamiento de diabetes tipo II.
- Lenga: dolores, inflamación en general.
- Maiten: afecciones de la piel, psoriasis, acné, eccemas, dermatitis crónica.
- Pichichenlawen: apetito incontrolable, obesidad.
- Pila pila: depresión asintomática, en especial, para adultos y tercera edad.
- Pirkün: eliminación de grasas ayudando a mejorar en metabolismo.
- Radal: tos seca de origen diverso, molestias por inflamación bronquial.
- Reike (sauce chileno): síntomas de resfrío y estados gripales.
- Trapi (ají): hemorroides, sabañones y problemas venosos vasculares.
- Trike: para el estreñimiento.
- Tupa: molestias respiratorias, asma, ahogos.
- Winke: eliminación de líquidos, favorece la diuresis.
- Neyünlawen: afecciones virales, resfríos, gripes.
Las diluciones de los productos oficinales reseñados han sido seleccionadas según principios establecidos en farmacopeas autorizadas. La denominación en mapudungun proviene de derivaciones lingüísticas nativas. El conocimiento médico y farmacológico intercultural es aporte del equipo de profesionales del Hospital Makewe y machis de la IX Región.
Fuente: Farmacia herbolaria mapuche Makewelawen