MUSLI
Un alimento sano y nutritivo
El médico suizo de ascendencia alemana Max Bircher-Benner (1867-1939) observó que los habitantes de ciertas zonas rurales de su paÃs eran excepcionalmente sanos y longevos, y que parte fundamental de la alimentación de esas personas era el musli, como llamaban a diversas combinaciones de y frescos, bayas, miel y leche. Dicha observación reforzó su confianza en prescribir una DIETA DE COMIDA CRUDA a sus pacientes, asà que introdujo su propia receta de musli en la pequeña clÃnica de Zurich en que trabajaba: una sencilla mezcla de avena, manzana rallada o bayas y leche, que era baja en grasas y rica en proteÃnas y fibra.
Hoy dÃa hay en el mercado muchas versiones comerciales del musli del doctor Bircher-Benner: las variedades de "estilo suizo" son ligeras y suelen contener sal, leche en polvo y azúcar (hasta 20% del peso neto): las "naturales" no contienen sal ni azúcar; las "supremas" incluyen una alta proporción de frutos frescos y secos, y las "crujientes" están elaboradas con ingredientes tostados o deshidratados, a veces endulzados con miel o azúcar.
Comer un tazón de musli en el desayuno es una buena manera de comenzar el dÃa, y es mucho más económico prepararlo en casa que adquirir uno de marca. Se pueden usar frutas frescas de temporada, y variar los ingredientes para adecuarlos al gusto de cada miembro de la familia.
He aquà una receta sencilla: 360 g de cereales mixtos (hojuelas de avena, centeno, cebada, trigo o maÃz); 240 g de frutas deshidratadas (pasas de uva y ciruelas, dátiles, higos secos y orejones de manzana, banana, durazno o damasco); 60 g de semillas (de girasol, amaranto, o zapallo (calabaza)), y 30 g de frutos secos y picados (almendras, nueces, avellanas o coco). Esta cantidad de musli debe alcanzar para 8 o 10 raciones individuales.
Hay que mezclar los ingredientes y luego guardarlos en un recipiente que tenga tapa hermética. Al servir el musli, se le puede agregar fruta fresca, leche (de preferencia semidescremada) o ambas. Si se compra uno de marca, conviene asegurarse de que no contenga sal ni azúcar. Las personas que necesitan comer FIBRA pueden añadirle salvado, o bien, germen de trigo para enriquecerlo con vitaminas B y E.