Con base en la pintura y las técnicas de energización, nació el Arte Energético, una variable que esta ganando terreno en medio a todas las posibilidades que ofrecen actualmente las terapias alternativas.
El proceso en el que se súbete el paciente en este caso es distinto y se dividirá en dos etapas.
La primera, consiste en trabajar la parte consciente y a medida que la mente se va adentrando en un profundo estado de relajación el pintor guiará el paciente a un territorio prohibido, le posicionará frente a los miedos, traumas, ataduras que le imposibilitan llevar una vida plena y satisfactoria.
El proceso sigue unas pautas muy concretos que se van realizando con tal de empatizar y llegar en el núcleo del problema, para luego finalizar esta primera etapa con un trabajo energético sobre la persona.
De esta primera fase nace el negativo de estos retratos del alma.
La segunda fase consiste en la realización de la obra, plasmar el mapa interno proporcionado por el paciente en un cuadro.
En esta punto del desarrollo, se cierra el circulo con un ultimo acto, la energización final que luego brindará al paciente con una obra única, personal y exclusiva que le permitirá afrontar y posteriormente superar los problemas que le imposibilitaban seguir su vida de forma plena y satisfactoria.
La precursora de este nuevo modo de expresión, la pintora Roser Noguera justifica y dota de veracidad su obra basándose en el testimonio de sus cliente, en como han cambiado sus vidas tras realizar el tratamiento.
La pintora asegura que la obra adquirida inicia un proceso de cambio en la persona que lo posee, que adquieren un mayor entendimiento sobre quienes son.
Las pinturas de Roser son siempre al óleo y sobre tela, los materiales naturales como el lino y el algodón, Los cuadros son figurativos, y con pinceladas expresionistas.
El resultado es simbólico, pero con una fuerte carga energética.