TE
Tónico y estimulante
Según una leyenda japonesa, el té es de origen divino, pues Daruma, el fundador del Zen pasaba las noches en ayunas y en oración. Una noche no pudo resistir el sueño, y al despertar se puso tan furioso por su debilidad que se arrancó las pestañas y las arrojó al suelo. De inmediato, brotó del lugar un arbusto, el té, que desde entonces permite a los monjes permanecer despiertos y seguir meditando.
Pero si debemos creer a un manuscrito médico chino, hacia el año 2700 a. de C. el té ya se consumía popularmente en la China meridional desde el año 2700 a de C. Es a partir del siglo VII d. de C. cuando su uso se extiende por toda Cbina con el nombre de «chá», y en la segunda mitad del siglo XVII los navegantes portugueses lo introdujeron en Europa, donde su consumo se extendió de inmediato.
Las primeras plantas de té se introdujeron el la India en 1830, y las primeras pruebas se hicieron en el Jardín Botanico de Calcuta con semillas procedentes de China, a partir de las cuales se han desarrollado todas las clases de té chino que actualmente se consume. Además, se practicaron cruzamientos entre las distintas subespecies para obtener variedades con las mejores cualidades.
Nombre botánico
Es el Thea sinnensis, de la familia de las Ternstroeminaceas.
Sinónimos
Té de la China (español); té xinés (catalán) tea, tea leaves (inglés); thé (francés); thee (alemán); cha (portugués); te (italiano); chai (ruso); tcha (chino).
En realidad, el nombre de té proviene de su denominación en chino mandarín: «tche», probablemente a través del portugués «chá».
La planta
Es un arbusto o arbolillo cuya altura puede variar entre 1 a 8 metros, con tallos que se dividen en gran número de ramas y con hojas alternas, de peciolos cortos, lampiñas, coriáceas de color verde oscuro y forma ovalada oblonga, puntiagudas en los extremos, enteras en la parte inferior y dentadas en el ápice, largas de unos 7 centímetros y muy semejantes a las de las camelias. Posee flores de unos 2 centímetros y medio de diámetro que nacen en las axilas de las hojas, solas o en ramilletes y están compuestas de 5 a 9 pétalos, muy frágiles y de un color blanco amarillento. El fruto es una pequeña cápsula ovoidea del tamaño de una avellana, que contiene de tres a cinco cavidades donde se alojan las semillas, que son oleosas y de sabor amargo y desagradable.
La botánica actual considera que todas las plantas de té proceden de una sola especie, de la que se distinguen dos variedades fundamentales, la sinnensis y la assamica. La diferencia fundamental entre ellas es su adaptabilidad al frío: mientras que la primera, típica de China, resiste las bajas temperaturas, la segunda precisa el clima subtropical. De las mismas se originan muchas variedades: el té silvestre (Yen Tcha), el de Yunan (Tuo Tcha), el de Kwangsi (Lung Chi Tcha), el de Hunán (Anhua Tcha), el de las nieves (Tsue Tcha), por citar sólo algunas.
El té se cultiva a partir de semillas de las que se siembran en grupitos de 6 a 12 para prevenir el posible fallo de alguna de ellas. Cuando el arbolito ha llegado a los tres años empieza la recolección, dejándole producir durante otros cuatro años, y entonces se corta cerca del suelo para que retoñe y vuelva a dar abundante cosecha.
Las hojas del té sólo se recogen durante el crecimiento activo de los retoños y, para seleccionar las mejores calidades se recogen las porciones terminales de los retoños que llevan 1 o 2 hojas y las yemas; las hojas restantes producen el té de calidades inferiores.
Recogidas las hojas y retoños, se procede a su desecación sobre planchas ligeramente calientes por debajo, revolviendo continuamente para que se tuesten por igual; ya desecadas se vierten sobre esterillas, se estregan arrollándolas suavemente y se echan en unos cestos donde se agitan hasta que se enfrían. Una vez frías se vuelven a verter sobre planchas medianamente calientes, seestregan de nuevo y se repiten estas operaciones hasta que estén completamente secas. Pasados dos o tres meses de su almacenaje vuelven a desecarse para eliminar totalmente la humedad antes de envasarlas.
En el comercio existen dos clases de té: el verde y el negro, dependiendo su color sólo del grado de desecación y de la fermentación a que se somete al té negro y no al verde.
Hábitat
El té, originario de Assam y cultivado durante siglos en China, actualmente procede de cultivos especializados de India, Indonesia, Sri Lanka, África, Irán, Sudamérica y países de la antigua Unión Soviética.
Principios activos
Sus principales constituyentes son bases xánticas, especialmente cafeína, en un 2 a 4 % y, en menor proporción, teobromina y teofilina. También contiene teanina, responsable de su aroma, compuestos polifenólicos, flavanoides, catecoles y taninos; vitaminas B, C y P, así como sales minerales, especialmente de flúor, manganeso y cobre. Las esencias no existen en la planta fresca, se forman durante el proceso de fermentación del té negro debido a la torrefacción.
Efectos
Su infusión se recomienda contra la fatiga general e intelectual, pues es estimulante, diurético, cardiotónico y vasodilatador coronario, por lo que ayuda a prevenir la arteriosclerosis, también es bronco-dilatador y, ante todo, un tónico general y cerebral tan importante que Alan Wats afirma que con varias tazas de té los budistas Zen pueden alcanzar más rápidamente el estado de meditación.
Generalmente, el té contiene proporciones de cafeína más elevadas que el café y sus infusiones son muy recomendables en casos de diarrea e indisposiciones estomacales. La diarrea que ataca al viajero occidental que visita Oriente y es afectado por un cambio radical de alimentación, clima y aguas, se soluciona en un par de días bebiendo sólo té acompañado de una dieta basada en el arroz.
Pero además de sus propiedades estimulantes, puede ser beneficioso para la salud. Las propiedades saludables de esta infusión, aunque ya conocidas en el laboratorio, se han demostrado claramente por primera vez en el ser humano. Un estudio japonés publicado en una revista científica del Reino Unido, demuestra que modifica favorablemente los lípidos sanguíneos, disminuye el riesgo cardiovascular y mejora los marcadores de lesión hepática.
Se cree que los mecanismos de oxidación celular favorecen su envejecimiento, y estas reacciones precisan de hierro, y es sabido que un aumento de los depósitos de bierro produce un incremento de las neoplasias de pulmón, hígado y colon. Los consumidores de té verde presentan un descenso de los peróxidos (sustancias oxidantes) y unos depósitos bajos de hierro, lo cual permite suponer que el té verde puede tener un efecto protector contra la aparición del cáncer.
Por ello, es posible que pueda incluirse al té entre los productos que añadidos a la dieta disminuyen la aparición de cánceres y retrasan el envejecimiento. Una dieta pobre en grasas animales y abundante en fibra, vegetales y fruta puede suplementarse con el té para mejorar su efecto beneficioso.
Pero además, en experiencias realizadas en animales, el té ha conseguido disminuir la incidencia de la arteriosclerosis y ello tal vez explica la baja incidencia de dicha enfermedad entre los chinos. Sin embargo, la arteriosclerosis ya existente no se ve influida por el consumo de té.
Preparación
Los mejores tés verdes chinos provienen de la provincia de Zhejiang, en la costa oeste de China. Se aconseja prepararlos muy ligeros, consumirlos sin demora y sin adición de azúcar, limón o leche, que perturbarían su delicado equilibrio y exquisito aroma. En cambio, los tés negros, intensos y con personalidad permiten añadir algún aditamento, a gusto del consumidor: azúcar, limón o leche.
Tradicionalmente servir el té, más que un acto doméstico, era una ceremonia, un rito, en el que se cuidaban extraordinariamente todos los detalles, pero actualmente ha ido decayendo y puede decirse que sólo se conserva en el Japón. Sin embargo, en lo esencial la preparación siempre se realiza como detallamos a continuación:
- Hay que calentar la tetera de antemano enjugándola con agua hirviendo.
- Se cuenta una cucharada de té por persona, lo que equivale a unos tres gramos. Cuando se prepara para bastantes personas, se añade una cucharada de más.
- Debe hervirse agua pura, a ser posible carente de sales cálcicas, que se verterá lentamente y de una sola vez sobre el té.
- Se dejará reposar alrededor de cinco minutos.
- Remover intensamente con una cucharilla y servirlo.
Por otra parte, es importante usar una tetera que ofrezca todas las garantías necesarias. Es una herejía imperdonable preparar el té en un vulgar pote o cazuela de aluminio o acero inoxidable; las teteras clásicas son de porcelana, pero hoy existen algunas muy hermosas en tierra cocida e incluso de cerámica plástica. Por último, una tetera digna de este nombre no se lava jamás, y como máximo se tolera un ligero enjuague.
Algunos tés, como los de Sri Lanka y de la India, pueden consumirse con un chorrito de leche fría; pero por el contrario, los tés de China no toleran la menor alteración y en ellos el uso del limón también es una herejía. Los verdaderos expertos se abstienen de desnaturalizar el té con cualquier aditivo y lo beben al natural, sin añadidos y sin azúcar.
Observaciones
Se puede afirmar que con la excepción de su ingestión a muy altas temperaturas (lo que produce una irritación crónica del esófago) el té puede recomendarse a todo el mundo, excepto a los que padecen enfermedades renales y cardíacas en fase muy avanzada.
Nunca deben tomarse bebidas alcohólicas con el té, pues neutralizaría sus beneficios. También debe evitarse el agua que contenga cal, las sales de hierro y los vasos metálicos. |