Ginkgo (Ginkgo biloba)
El ginkgo es un árbol relativamente nuevo en nuestras latitudes.
Por esta razón no tiene otros nombres populares, por lo menos en nuestro país.
Es un árbol alto, verde en verano, con copa coniforme muy ramificada.
El tronco, muy erguido, llega a ser bastante grueso.
Las hojas se disponen en espiral; son largamente pecioladas y con limbos muy variados.
Tiene flores masculinas y femeninas.
Las semillas son del tamaño de una ciruela, amarillas y carnosas en su interior.
En España sólo se cría cultivado, pues no es de aquí; proviene de China.
En la actualidad puede encontrarse con relativa facilidad, pero nunca de forma espontánea.
El ginkgo florece entre abril y septiembre.
De su recolección la parte que más interesa con fines terapéuticos es la hoja; de estas hojas se extraen los principios activos que veremos a continuación.
En la composición del ginkgo biloba encontramos sobre todo compuestos flavónicos: rutósidos, quercetos, kenferol, derivados del quercetol, derivados del epicatecol y biflavonas del apigenol.
Todos estos compuestos de nomenclatura tan complicada tienen en general un efecto vaso-dilatador cerebral y periférico, protector capilar, antivaricoso, venotónico, diurético, antiagregante plaquetario y fortalecedor de la resistencia capilar.
Por todas estas acciones su uso está especialmente indicado en varices, insuficiencia circulatoria cerebral, hemorroides, fragilidad capilar, flebitis, hipertensión arterial y prevención del tromboembolismo.
Como puede apreciarse por sus acciones e indicaciones, es una planta especialmente recomendada en personas mayores, en las que hay una clara disminución de la funcionalidad del sistema circulatorio a todos los niveles.
Esta insuficiencia circulatoria cerebral tiene una serie de manifestaciones funcionales, como vértigos, cefaleas, pérdida de memoria, descenso de las facultades intelectuales, trastornos de la motilidad, etc.
También se utiliza el ginkgo para tratar determinadas secuelas de accidentes vasculares cerebrales y en traumatismos craneoencefálicos.
Es una planta que carece prácticamente de efectos secundarios.
Únicamente, en caso de sobredosificación, cabe esperar que aparezcan náuseas, vómitos, diarrea y sensación de vértigo.
.- Infusión. Se prepara añadiendo una cucharada pequeña de hoja de ginkgo a una taza de agua hirviendo.
De esta infusión se pueden tomar hasta 2 tazas al día, preferentemente antes de la comida.
.- Extracto fluido. Una vez preparado, se administran de 25 a 50 gotas, unas 3 veces al día.
También se puede obtener el extracto seco, que se administra bien en cápsulas o en cualquier otra forma sólida.
.- Decocción. Se puede preparar manteniendo el agua hirviendo unos cuantos minutos.
Se debe edulcorar con miel una vez frío, para rebajar el sabor amargo.
También existen en el mercado farmacéutico comprimidos, extracto de hojas frescas, extracto rebulizado, grageas, tintura, cápsulas, extractos estandarizados, ampollas de ginkgo en solución oral, etc.
Siempre conviene recordar la necesidad de tomarlo bajo control médico, para evitar efectos secundarios desagradables.
Vasodilatador. Antihemorroidal. Diurético