Limonero
Citrus limonium, Risso
Características
Es un árbol de mediano porte, siempre florido y siempre con frutos; su azahar no es tan oloroso como el del naranjo, pero no nor esto es menos digno de atención. La corteza que, cuando está nueva, es de color verde, se pone parduzca con la edad; las hojas son alternas, oblongas, agudas, dentadas y lustrosas. Las flores son de color rosa por fuera, pero blancas por dentro.
Es originario del Asia y propiamente de las orillas del Eufrates donde alcanza hasta 20 metros de altura. De allá fue transportado al Asia Menor y a las regiones del Mediterráneo.
Un limón es de buena calidad cuando es pesado, tiene un olor agradable y su superficie es lisa y sin manchas.
Los limones se pueden conservar en sal común, agua de mar y en arena.
Uso medicinal
Se usan sus hojas, su fruto, sus semillas y la corteza del fruto.
Todos conocemos la aplicación del limón como medio refrescante, y del empleo múltiple que de él se hace en los alimentos. No todos saben, sin embargo, los variados usos que se pueden hacer de él como medio curativo y preventivo.
Son tantas sus propiedades y aplicaciones que se hace muy difícil enumerarlas todas. Trataremos de mencionar, de un modo general, las más importantes.
El limón disuelve los cálculos biliares, las concreciones reumáticas y gotosas y ataca las formaciones fungosas. Provoca la contracción de los vasos sanguíneos, por lo cual es un poderoso hemostático. Es un gran antidiftérico, anticatarral, antigripal, antifebril y antitusivo. Es uno de los mejores antiescorbúticos. Fortalece las funciones digestivas, elimina los gases y flatulencias, detiene los vómitos, y es antiespasmódico. Es tónico y estimulante. Es vermífugo y un buen antídoto contra ciertos envenenamientos. Alivia los dolores de cabeza, las tensiones nerviosas y las palpitaciones exageradas del corazón.
Externamente, es antiinflamatorio, cura las heridas —incluso gangrenosas—, sana las erupciones cutáneas y calma el dolor de las encías y de los dientes.
Jugo: uso interno
a. De su fruto se extrae el jugo para hacer limonadas, o bien para uso externo.
En general, el jugo de limón fortalece el estómago y combate las flatulencias, los dolores de cabeza, mareos, palpitaciones cardíacas. Encierra el mejor ácido vegetal contra las fiebres. Su empleo es excelente ntra las afecciones hepáticas y biliares. Es, además, como ya se ha dicho, altamente antiescorbútico, por su alto contenido de vitamina C.
Sin embargo, como todo ácido, puede ser siempre más o menos perjudicial. No conviene consumir demasiado jugo de limón, de una vez o con excesiva frecuencia.
Una manera de preparar una excelente limonada es la siguiente: Se toman las cortezas frescas de tres limones y se pone, durante tres minutos, en infusión en un litro de agua hirviendo. Se cuela por un tamiz o por un lienzo cualquiera y se añade 750 gramos de azúcar; la mezcla se pone otra vez a hervir, añadiéndole el jugo de otros tres limones. Se deja enfriar o se embotella. Dos cucharaditas de este licor en un vaso de agua dan una bebida atemperante, y se usa para calmar la sed en las enfermedades febriles; es más fácil de soportar por el estómago que la limonada ordinaria.
Hay también otra excelente limonada, la de rosa:
Se toma un buen manojo de pétalos de rosa, se echa sobre ella un litro de agua hirviendo y se deja en maceración durante una hora; luego se filtra y se añade el jugo de tres limones y el azúcar correspondiente. Es esta bebida excelente para los enfermos. Otra bebida de primer orden para casos de enfermedad febril es la limonada de vino que corrobora y calma la sed.
Se toman 30 gramos de jarabe cítrico, vino blanco 300 gramos, alcoholato de corteza de limón 2 gramos y se completa un litro de agua.
Para detener el vómito, Riviére usaba jugo de limón y una solución acuosa de bicarbonato de potasio.
En las farmacias utilizan también mucho los citratos de amonio, hierro, magnesio, potasio, sodio y de quinina, como tónicos, astringentes y purgantes.
Se sabe muy bien que la limonada sirve para cortar los accesos de fiebre.
En Niza, desde tiempo inmemorial, mezclan su jugo con café para cortar la fiebre, y, el Dr. Maglieri, eminente médico de Roma, dio cuenta de curas notables de fiebres refractarias usándolo con sulfato de quinina. La preparación consiste en cortar un limón con su cáscara en pedacitos, y hacerlos hervir en tres pequeñas tazas de agua hasta que el limón queda reducido a un tercio.
El jugo de limón es también el mejor tónico contra la difteria. Es, también, sumamente eficaz contra la tos. Se pone un limón en un horno, a temperatura elevada, hasta que se ablanda. Luego se mezcla, en cantidades iguales, su jugo con miel, y se toma caliente por cucharaditas, enjuagándose después la boca.
Asimismo, se experimenta, en corto tiempo, mucho alivio en casos de tos, aun de las más violentas, estrujando el jugo de medio limón sobre un trozo de azúcar, el cual se deja diluir lentamente en la boca.
El agua caliente de limón actúa también con mucha rapidez contra los resfriados y catarros.
No es de menor importancia el efecto del limón contra el dolor repentino de cabeza. Para este objeto se estruja medio limón en un vaso que se completa con agua mineral y cuyo contenido se bebe, sin añadir azúcar, a grandes sorbos. Con frecuencia desaparece el dolor después de algunos minutos.
El jugo de limón es de gran utilidad para combatir los desarreglos del verano —insolaciones— especialmente si, al preparar la limonada, se añaden 8 ó 10 gotas de láudano, dividiendo el líquido obtenido en dos o tres dosis.
Bebido el jugo de un limón en medio vaso de agua, antes de la comida, sirve para combatir el reumatismo, y es también un específico contra las fiebres si se repite el tratamiento por espacio de dos o tres mañanas. El jugo de limón es también un antídoto en los envenenamientos con euforbiáceas, tales como el contrarrayo, la pichoa y otros.
Se usa asimismo en las anginas membranosas y lardáceas, y en el crup y la gripe.
Jugo: uso externo
b. Para detener las hemorragias nasales, basta aspirar jugo de limón por las narices. Para los resfriados localizados en la cabeza, se deposita un poco de jugo de limón en la palma de la mano y se aspira por la nariz varias veces, hasta conseguir el efecto deseado. Si se trata de la garganta, se hacen gárgaras con 25% de jugo de limón en agua. Externamente, el jugo de limón se emplea con frecuencia para el tratamiento de úlceras y llagas gangrenosas, aun en cirugía.
Un vaso de agua tibia o caliente con media o una cucharadita de jugo de limón es un dentífrico incomparable, deja el aliento agradable y destruye el sarro de los dientes. Estos se pueden frotar con un paño de gamuza empapado en dicho jugo. Es necesario, sin embargo, enjuagarse bien la boca después, pues el ácido cítrico ataca el esmalte de los dientes. El jugo de limón cura también las encías que sangran. Para el dolor de encías, se toma jugo de limón en agua, y el dolor desaparece lentamente.
El limón estrujado se emplea también como cosmético.
Contra los granitos de la cara y de las manos es de un efecto maravilloso. Frotándolas con limón antes de acostarse y dejando que el jugo se seque sobre la piel, se verá, en una sola noche, su eficacia. Los trozos de limón, exprimidos y mondados, se pueden echar en el agua destinada para lavarse a la mañana siguiente. El limón confiere al agua frescor y una suavidad agradable, que la hacen superar a otros cosméticos evidentemente más caros y, sin duda, más dañinos. Si se desea que el pelo aparezca hermoso y brillante después de lavarlo, úsese limón en vez de jabón. Puede frotarse esta fruta sobre la cabeza o exprimir el jugo. Primeramente mójese toda la cabeza con agua tibia, en seguida frótese bien un limón sobre las raíces de los pelos, y después enjuáguese varias veces el pelo con agua.
El limón, frotado entre las manos, saca las manchas que éstas puedan tener. Mezclado con igual cantidad de agua de rosa sirve también para la cara.
El jugo de limón sirve también contra la caspa, frotándose la cabeza por la noche con medio limón.
Restregado en la piel, ahuyenta asimismo los mosquitos y zancudos.
Finalmente el ,jugo de limón impide que cualquier fruta, partida para postre, se eche a perder: para ello basta estrujar sobre ella unas gotas de jugo.
e. Fruto. El limón posee una cualidad poco conocida: corta rápidamente la diarrea. Para ello se ponen dos rodajas de limón, unos cuantos terrones de azúcar en una copa grande, se echa agua hirviendo, se remueve durante 5 minutos y se bebe todo lo más caliente que se pueda. Dos o tres vasos de esta limonada caliente tomada de media en media hora bastan para detener la diarrea. De un modo maravilloso, actúa asimismo contra el reumatismo. Después de lavarlo, se le corta en rodajas, se le quitan las pepas y se cuece luego lentamente con agua.
Al comienzo, se toman 2 limones con medio litro de agua, que se deja hervir a fuego lento. Esta limonada cocida se endulza con azúcar y se la toma en dos noches regularmente antes de acostarse. Después, se hace la misma operación con tres limones durante tres noches nsecutivas. El proceso se ntinúa con cuatro limonadas, luego cinco, y así sucesivamente hasta siete u ocho. A menudo sucede que el reumatismo desaparece totalmente antes de terminarse el tratamiento.
Este cocimiento es también de muy buen efecto contra las indigestiones y el mareo. Actualmente, empieza a emplearse el limón contra los padecimientos nerviosos. Este tratamiento se efectúa por medio de baños que se preparan, sencillamente, cortando cinco o seis limones en rodajas, que se dejan durante una media hora en el agua fría dispuesta para el baño.
También pueden dejarse los trozos de limón en el agua durante el baño; se tendrá sólo en cuenta que no hay que hacer uso de jabón alguno en tales baños. El limón ejerce una gran influencia bienhechora sobre los nervios principales y, para esto, se los recomienda de un modo especial.
- Cáscara del fruto. Es, ante todo, tónica y antiflatulenta.
Contiene un aceite esencial aromático, estimulante, que se extrae de la fruta por persión o destilación. Se usa contra la tenia o lombriz solitaria, en dosis de 5 a 8 gramos. La que se obtiene por presión entra en la composición del "agua de Melisa", "agua de las Carmelitas", "aguas de Colonia" y de muchos licores. La otra, que se obtiene por destilación, sirve como desmanchador de los tejidos.
- Pepas. Para los niños no hay mejor vermífugo que las pepitas de limón machacadas con una cantidad suficiente de azúcar.
- Hojas. La infusión de las hojas del limonero es antiespasmódica.
En una palabra, debemos confesar que jamás la ciencia humana podrá llegar a comprender para cuántas cosas puede servir a la humanidad este fruto que Dios ha puesto a nuestro lado para curar nuestros males.
Nadie sabrá nunca las infinitas aplicaciones que se puede hacer con el limón.
¡Dios es admirable en su creación!
Las cualidades terapéuticas del limón pueden aplicarse al naranjo con algunas modificaciones.
El jugo de naranja opera con menos energía. En compensación, las hojas y la corteza producen mejor efecto que las del limonero. Se receta las naranjas como antiespasmódicas, tónicas y febrífugas, estomacales, en la debilidad de los órganos digestivos, la dispepsia, las afecciones nerivosas, la histeria; la hipocondría y las palpitaciones (Rawton).