Alamo
Populus nigra, L.
Características
No es necesario describir este árbol, que todo el mundo conoce bastante bien. Tiene las raíces fuertes, muy extendidas y superficiales; el tronco grueso, recto y elevado; corteza lisa de color grisáceo en los árboles jóvenes y agrietada a lo largo, en los viejos; hojas en forma de corazón, con un largo pecíolo.
Uso medicinal
a. Las hojas, de sabor amargo, son astringentes, diuréticas y vermífugas.
- La savia que brota del tronco al una incisión en primavera, es eficaz en las enfermedades de las vías urinarias y en las hemorroides.
La corteza puede emplearse como astringente, pues contiene un 3% de tanino; es, además, un excelente febrífugo. La de las ramas nuevas, en cocimiento de 30 gr por litro de agua, es antiescorbútica.
Las yemas del álamo contienen benzoato de salicina o "populina". Estas yemas, antes de que se abran, se usan en infusión como diuréticas, sudoríficas y desinflamantes. Conviene cerciorarse de que tengan la mayor cantidad posible de resina. La infusión se prepara con 40 gramos por litro de agua y se toma una tacita cada media hora. En decocción, las yemas son también excelentes contra los catarros y se recomiendan contra las afecciones crónicas del pulmón.
El carbón de álamo, por sus propiedades astringentes, es indicado en la disentería y útil en las dispepsias.
- Con el cocimiento de yemas u otros elementos astringentes del álamo se puede tomar baños de asiento contra las hemorroides; por otra parte, mojando los labios partidos o los rasguñones de las manos, éstos sanan rápidamente.
- Recomendamos dos pomadas antihemorroidales. La más sencilla tiene por fórmula:
Yemas de álamo 75 gr
Manteca sin sal 250 gr
Se mezcla y se pone a bañomaría durante 6 horas. Luego se cuela en caliente a través de una muselina fina. Se puede usar hasta 3 ó 4 veces al día.
La otra, que es el preparado antihemorroidal por excelencia (Posch-Noguer), es el famoso "ungüento populeón", cuya base son también las yemas resinosas y balsámicas del álamo:
Yemas de álamo 800 gr
Hojas de belladona 50 gr
Hojas de beleño 40 gr
Manteca sin sal 500 gr
Se calienta el conjunto a suave temperatura hasta que la grasa esté teñida bien de verde y hasta que las hojas hayan perdido, por evaporación, toda el agua que contenían (esto en caso de que se haya usado hojas frescas). Después se filtra en caliente a través de un lienzo. Se usa en fricciones y aplicaciones.
- El vino tinto puro de uva, en el que se ha macerado hojas frescas de álamo, empleado en repetidos lavados, sana la superficie de las úlceras y heridas enconadas, haciéndolas cicatrizar.
- El carbón de álamo es también un excelente antiséptico usado en quemaduras y llagas.
Se cuenta de un francés que compraba caballos flacos, viejos y cansados, pelados y sarnosos, y los curaba en poco tiempo, vendiéndolos después a alto precio. El secreto estaba en que les daba de beber y los lavaba con agua en que se había macerado raíz de álamo. Sería cosa de hacer la prueba. |