DIETA DE HAY
Para prevenir la indigestión
Este régimen de alimentación fue ideado por el médico estadounidense William Howard Hay (1866-1940) para combatir diversos TRASTORNOS DIGESTIVOS. Él recomendaba no incluir carbohidratos (almidones y azúcares), proteínas y frutas ácidas en una misma comida, pues las proteínas favorecen la secreción de ácido gástrico y éste interfiere la digestión de los carbohidratos, que requieren un medio alcalino para ser asimilados.
Muchos comestibles contienen proteínas y carbohidratos, pero en casi todos ellos uno de estos grupos de nutrientes esenciales predomina en proporción de 4 a 1. Las excepciones son las arvejas, los porotos, la lenteja y el maní, que la dieta de Hay no incluye (aunque en la actualidad los vegetarianos los consumen como fuente de proteínas).
Para satisfacer el requerimiento de proteínas, el doctor Hay aconsejaba comer carne roja, de aves y de caza, pescado, mariscos, huevo, queso, yogur, leche y frutas ácidas como manzana, damasco, grosella, naranja, pera y ciruela; y para satisfacer el de carbohidratos, pan integral, harina, arroz, papas, alcauciles y frutas dulces como banana madura, dátiles, higos y ciruelas y pasas de uva.
La dieta de Hay incluye un tercer grupo de alimentos llamados "neutros" que combinan bien tanto con proteínas como con carbohidratos; dicho grupo está integrado por frutos secos como la nuez, la avellana y la almendra (excepto el maní), manteca (mantequilla), crema, yema de huevo, aceites de oliva y de cártamo, semillas y aceites de girasol y de sésamo, especias, hierbas de olor y todas las verduras menos las papas y los alcauciles.
Lo que la dieta de Hay establece combinar carbohidratos, proteínas yuntas ácidas en la misma comida. Aumentar el consumo de verduras, frutas frescas y reducir el de proteínas, almidones y grasas.
No comer alimentos procesados como harina y azúcar refinada, margarina o comestibles que los contengan. Dejar un intervalo mínimo de cuatro horas entre una comida integrada por alimentos de un grupo y otra por comestibles de otro grupo.
Una nueva vida
El actor británico John Mills tuvo que ser dado de baja del Ejército en 1942 a causa de una dolorosa úlcera duodenal. El reposo absoluto en una cama de hospital y la infaltable dieta blanda de puré de papa y leche no le proporcionaron alivio; con el tiempo su mal se agravó, su digestión casi se detuvo y, según sus propias palabras, "parecía un muerto con vida".
Entonces su hermana le propuso seguir la dieta de Hay. El actor recuerda "con gratitud" el primer día que la puso en práctica: el menú consistió en un trozo delgado de carne cocida, ensalada de verduras frescas y una copa de clarete. A partir de esa fecha ha seguido la dieta todos los días y nunca se ha arrepentido.
Hasta cerca de cumplir los 90 años de edad, Mills seguía obteniendo distinciones y homenajes por su trabajo en teatro, cine y televisión.
Hay no prohibía las bebidas alcohólicas pero aconsejaba ingerirlas con moderación. Recomendaba el vino tinto o blanco y la sidra para degustar los alimentos proteínicos, la cerveza para acompañar los que contienen carbohidratos, y el whisky, el vodka y el gin como aperitivos para cualquier ocasión.
El punto de vista ortodoxo
Ciertos experimentos realizados por el fisiólogo ruso Iván P. Pavlov (1849-1936) con perros de laboratorio demostraron que la carne mezclada con almidón tarda en pasar por el estómago del animal el doble de tiempo o más de lo que tardan esos alimentos por separado, y que dicha lentitud de asimilación continúa en el resto del tracto digestivo.
Como la dieta de Hay se basa ante todo en no mezclar proteínas con carbohidratos, parece ser de ayuda para prevenir la indigestión, las úlceras gastrointestinales y el estreñimiento.
La dieta de Hay, como cualquier régimen de alimentación bien equilibrado, promueve la salud y sirve para prevenir la obesidad, las enfermedades cardiacas, la diabetes y la artritis.