FIBRA
Elemento esencial de una dieta saludable
Durante miles de años la alimentación del hombre fue básicamente vegetariana y, por consiguiente, rica en fibra vegetal. La celulosa, principal componente de la fibra, se encuentra, junto con la lignina, en la pared de todas las células de las plantas, sobre todo en el bagazo y la cáscara de frutas y verduras, y en la cascarilla o salvado de los cereales. El tercer componente de la fibra, la pectina, está presente en la pulpa de casi todas las frutas maduras.
Infortunadamente, la época de abundancia posterior a la Revolución Industrial y la mayor oferta de alimentos consecutiva a la Segunda Guerra Mundial contribuyeron a aumentar el consumo de pan blanco (preparado con harina refinada, desprovista de salvado) y a sustituir los alimentos vegetales por carne. Y las frutas frescas que solían comerse como golosinas cedieron paso a alimentos grasos y azucarados como galletas, chocolates y tortas.
Muchos especialistas en nutrición lamentan la nueva tendencia y le atribuyen la mayor incidencia de TRASTORNOS INTESTINALES y TRASTORNOS CARDIACOS durante los dos últimos siglos. En el transcurso del mismo periodo también se han multiplicado aceleradamente los casos de ESTREÑIMIENTO. HEMORROIDES y CÁNCER de colon. Otras consecuencias de la dieta que prevalece en nuestro tiempo son el exceso de peso y la HIPERTENSIÓN.
Los alópatas y los terapeutas heterodoxos concuerdan en que una dieta rica en fibra vegetal ayuda a prevenir y combatir todos esos padecimiento. En realidad, la fibra es indigerible y no aporta ningún nutriente al organismo, pero, por paradójico que parezca, es esa misma propiedad lo que la hace benéfica. Sus beneficios varían según se trate de fibra insoluble o fibra soluble.
Fibra insoluble Se encuentra principalmente en los cereales enteros y en el salvado. Aumenta el volumen y el contenido líquido de las heces, por lo cual éstas pasan más fácil y rápidamente por los intestinos. Se cree que este tipo de fibra disminuye en buena medida el riesgo de contraer cáncer de colon porque reduce el tiempo que los desechos cancerígenos permanecen en el aparato digestivo.
Fibra soluble Está presente en las leguminosas y en muchas frutas y verduras. Tiende a retardar la asimilación de los alimentos durante el proceso digestivo.
Como uno de los efectos de lo anterior es que el azúcar pasa más lentamente a la sangre, este tipo de fibra puede beneficiar a los enfermos de DIABETES. Gracias a una dieta rica en fibra, algunos diabéticos han reducido su necesidad de inyecciones de insulina, y otros han podido incluso prescindir de ellas.
La fibra soluble también se mezcla con el colesterol de los alimentos y favorece su eliminación, por lo que disminuye el riesgo de sufrir trastornos cardiovasculares.