/ Martes 13 de Enero del año 2009 / 21:33 Horas. Homeopatia para tratar la gota Arnica y belladona terapias para su tratamiento...
GOTA La gota es un trastorno metabólico por cuya causa se acumula demasiado ácido úrico y uratos en la sangre. Pese al mito popular, esta enfermedad no suele ser consecuencia de una vida frÃvola y disipada, si bien el riesgo de padecerla aumenta por el abuso de bebidas alcohólicas y algunos medicamentos, como los diuréticos. Los cristales de ácido úrico tienden a depositarse en las articulaciones y causan ataques de intenso DOLOR, inflamación e irritación (ARTRITIS); la articulación de la base del dedo gordo del pie suele ser la más afectada, y si los ataques son frecuentes, llegan a dañar la parte ósea de la articulación. Ahora bien, los cristales también pueden acumularse en los riñones (y causar cálculos, insuficiencia renal e HIPERTENSIÓN) y en la piel, en donde forman protuberancias duras, sobre todo en las orejas y los dedos de manos y pies. Para diagnosticar gota hay que realizar un análisis de sangre. La imagen popular del enfermo de gota es la de una persona frÃvola y obesa, del siglo XIX. Dicho estereotipo es infundado, pues la gula y el ocio rara vez son causa del trastorno. Lo que los terapeutas aconsejan NaturopatÃa Se recomienda adoptar una dieta semivegetariana para contrarrestar la secreción excesiva de ácido úrico. Sobre todo hay que evitar la carne roja, el café, los licores y el azúcar refinada. Aplicar compresas frÃas en la parte afectada puede ser de ayuda durante un ataque agudo. HomeopatÃa Se prescribe Arnica si el dolor es intenso y la persona teme que le toquen la parte afectada: Belladonna si la articulación está caliente, irritada, hinchada e hipersensible; Colchicum si el dolor pasa de una articulación a otra y el enfermo se muestra irascible, y Urtica urens para aliviar un ataque de dolor acompañado de comezón ardor e inflamación. El punto de vista ortodoxo El tratamiento alopático .de la gota consiste en aliviar el dolor y la inflamación con medicamentos. Para prevenir la reaparición de los ataques, se aconseja moderar el consumo de bebidas alcohólicas y prescindir del uso de diuréticos. Algunos médicos prescriben fármacos que reducen la secreción de uratos, como el probenecid y la sulfinpirazona, que deben tomarse diariamente durante varios años.
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