FUEGOS O FIEBRE INTESTINAL
Se denomina fuegos o fiebre intestinal al herpes labial, una erupción dolorosa de ampollas en los labios, en otras partes de la cara o en el interior de la boca, causada por una variedad del virus que produce el HERPES GENITAL. Ambos padecimientos pertenecen al grupo de infecciones virales denominadas genéricamente herpes simple, sólo que el primero tiene como causa el Herpesvirus simplex 1, y el segundo, el Herpesvirus simplex 2.
Una vez que el virus causante de los fuegos entra en el organismo, ya nunca le abandona: después de la erupción inicial permanece latente, a veces durante años, pero ciertos factores como la FIEBRE, el ESTRÉS, la exposición al frío, las QUEMADURAS DE SOL, la debilidad general e incluso la menstruación, pueden reactivarlo y provocar una nueva erupción.
Advertencia Como el líquido de las ampollas es sumamente infeccioso, no hay que tocarse los ojos mientras dure la erupción, pues se podría provocar la formación de úlceras herpéticas en la córnea, afección peligrosa que requiere atención médica. Otra causa de que la infección se propague a los ojos es mojar los lentes de contacto con saliva, práctica que, desde luego, conviene evitar.
Lo que los terapeutas aconsejan
NATUROPATIA
Autoayuda Entre los preparados que se prescriben para estimular las defensas del organismo están las vitaminas A, las del complejo B y la C, así como los bioflavo noides, el cinc, la lisina y los bacilos lácticos acidófilos en forma de tableta. Algunos terapeutas recomiendan, además, complementos de vitamina E, calcio, magnesio y selenio.
Como remedio de aplicación local se aconseja una mezcla de agua y jugo de limón en partes iguales. Para prevenir erupciones ulteriores, hay que llevar una dieta de alimentos enteros, rica en FIBRA y productos que forman álcalis, como las frutas, las verduras, la miel, la leche y el yogur.
HOMEOPATÍA
Se prescribe Rhus toxicodendron o Natrum mu riaticum con potencia decimal de 6 o de 30, cada cuatro horas, durante dos días, y luego por la mañana y por la noche durante dos o tres días más.
El punto de vista ortodoxo
Como no existe curación definitiva para los fuegos, es posible que vuelvan a aparecer donde lo hicieron la primera vez. El tratamiento se limita a la aplicación local de ungúentos emolientes para calmar el dolor o antivirales para hacer más breve la erupción, combinada a veces con antivirales de administración oral.
Si la erupción afecta la zona de los ojos, el médico aplicará un colorante para revelar la presencia de úlceras en la córnea y, si las encuentra, prescribirá un ungúento o gotas antivirales para apresurar la curación y evitar mayores daños. No obstante, siempre existe la posibilidad de que las úlceras vuelvan a aparecer.