FLORES DE BACH
Los remedios o flores de Bach son una colección de 38 preparados medicinales de origen vegetal, así llamados en honor de su creador, el médico y bacteriólogo inglés Edward Bach (1880-1936). En 1951, Bach comenzó a ejercer en Londres como alópata y homeópata, convencido de que para cada padecimiento existía un remedio natural. Recuperado él mismo de una grave enfermedad en 1917, tuvo la certeza de que podía intuir qué plantas tenían virtudes curativas y cuál era su aplicación. En 1930 renunció a su atareada práctica londinense y se mudó a Gales, donde continuó su búsqueda de plantas medicinales. Como creía que el rocío adquiría las propiedades de las flores en las que se formaba, se dedicó a recolectarlo para administrarlo a sus pacientes. Pronto ya no pudo satisfacer la demanda, por lo que se puso a experimentar y concluyó que obtendría un efecto similar al del rocío si cortaba las flores y las ponía a flotar en agua de manantial, al sol. Así lo hizo, y luego embote-lló y vendió el agua, estableciendo el método de preparación que aún se emplea.
Los remedios están destinados a tratar al paciente en conjunto, y no sólo los síntomas de su enfermedad, según el principio de que todo trastorno, físico o psicológico,obedece a un desequilibrio interno para el cual la naturaleza ha creado un remedio compuesto de una planta medicinal, luz solar, agua de manantial y aire fresco. Los biógrafos de Edward Bach lo describen como un médico de vocación auténtica, sensible al sufrimiento, hasta el punto de no tolerar un tratamiento basado en inyecciones. Tenía una gran capacidad de observación y una intuición poderosa, cualidades inapreciables en alguien dedicado a la medicina. Bach desarrolló su profesión guiado por dos ideas básicas: combatir las causas de la enfermedad y no sus efectos, y curar sin agredir. La máxima de Hipócrates "Primero, no hacer daño", tan olvidada en nuestro tiempo, fue el fundamento de su acción médica. En su libro Cúrese usted mismo expresa los siguientes conceptos acerca de las causas de la enfermedad: "La principal razón del fracaso de la ciencia médica moderna es que trata los resultados pero no las causas.
Durante muchos siglos, la auténtica naturaleza de la enfermedad ha quedado enmascarada por el materialismo, y así la enfermedad ha tenido las oportunidades de extender sus estragos, puesto que no se han atacado sus orígenes. La situación es como la de un enemigo poderosamente fortificado en las colinas, enviando continuas guerrillas por el territorio de alrededor, mientras la gente, descuidando la guarnición fortificada, se contenta con reparar los daños causados en las casas y con enterrar a los muertos provocados por los guerrilleros. Así es, en términos generales, la situación en la medicina actual: se hace un remiendo en los atacados y se entierra a los degollados, sin pensar en la verdadera fortaleza. "Nunca se erradicará ni se curará la enfermedad con los actuales métodos materialistas, por la sencilla razón de que la enfermedad no es material en su origen.
Lo que nosotros conocemos como enfermedad es el último resultado producido en el cuerpo, el producto final de fuerzas profundas y duraderas, y aunque el tratamiento material sólo sea aparentemente eficaz, es un mero alivio temporal si no se suprime la causa real." Aplicaciones de la terapia Los discípulos de Bach sostienen que sus remedios pueden beneficiar a cualquier persona, y que los casos agudos o los leves son los que mejor responden a ellos. Señalan también que los casos crónicos requieren un tratamiento prolongado, por eso suelen decir a los enfermos que es necesario hacer acopio de paciencia y constancia, y que deben tomar los remedios "con la misma naturalidad y falta de expectativa con que se lavan los dientes todas las mañanas". Aunque los remedios deben elegirse de acuerdo con los síntomas emocionales del enfermo, también contribuyen al alivio de trastornos físicos. No obstante, sólo deben considerarse como una terapia complementaria en los casos que exigen tratamiento ortodoxo.
Autoayuda Bach pretendía que cualquier persona pudiera usar los remedios sin necesidad de consultar a un terapeuta. Para ello, la persona debería reflexionar sobre sus sentimientos, su conducta habitual y su estado emocional del momento, y luego elegir el remedio más conveniente. El número máximo de remedios que pueden usarse al mismo tiempo es de cinco, pero cuantos menos se usen, tanto mejor. En opinión de Bach, a cada constitución y personalidad corresponde un remedio "típico" que puede tomarse durante largo tiempo, mientras que los demás sólo están indicados para trastornos momentáneos. Como no es fácil dar con el remedio adecuado para el propio caso, los terapeutas recomiendan probar varios antes de decidirse por alguno.
Los remedios se adquieren en forma concentrada (agua en la que se han remojado flores, conservada con alcohol) en algunas tiendas y farmacias de productos naturistas. Antes de usarlos hay que diluirlos en agua de manantial (dos gotas del concentrado por cada 20 ml de agua). En todos los casos, la dosis del remedio diluido es de cuatro gotas, cuatro veces al día; la primera toma debe hacerse al levantarse por la mañana y la última al irse a dormir. Las gotas pueden verterse en un poco de agua o directamente en la lengua, con cuidado de que ésta no toque el gotero para no contaminar el remedio. Bach aconsejaba imaginar cada toma como la irradiación de una luz curativa en el interior del propio ser. Se dice que los remedios florales son inofensivos para los recién nacidos, los niños e incluso los animales. Los 20 ml del podría ser atenerse a la recomendación de alguien que hubiese quedado satisfecho con los resultados. La consulta Los remedios florales fueron concebidos como un tratamiento de autoayuda, pero algunas personas necesitan acudir a un terapeuta porque no pueden profundizar lo suficiente en sí mismas para elegir el idóneo o porque requieren otro tipo de terapia.
La consulta al especialista dura entre 10 minutos y una hora, según el caso particular, y generalmente se hacen visitas de seguimiento cada mes o cada seis semanas. El terapeuta suele hacer preguntas sobre el tren de vida del paciente, su estado de salud y sus sentimientos; luego elegirá uno o más remedios y explicará para qué sirven, cómo deben tomarse y qué efecto tendrán. Quizá pida al paciente llevar un registro de los cambios que sufra su estado general. El punto de vista ortodoxo Aunque varios estudios e informes personales defienden la eficacia de los remedios, ésta no puede explicarse a la luz de la ciencia: los análisis químicos de aquéllos sólo revelan la presencia de agua de manantial y alcohol. Los discípulos de Bach arguyen que la ciencia quizá no haya avanzado lo suficiente para poder detectar sus propiedades más características. Por lo que respecta a los trastornos emocionales, algunos psicoterapeutas señalan que la elección de los remedios puede en sí contribuir a la curación al hacer que el enfermo reflexione sobre su conducta y dé los pasos necesarios para modificarla.
Caracteristicas de los remedios El remedio diluido alcanza para 10 días, al cabo de los cuales es posible experimentar con otro remedio. Hay que interrumpir el tratamiento siempre que se sienta alivio y reanudarlo si el trastorno recurre al cabo de un tiempo. En cambio, si los síntomas persisten, conviene acudir a un médico o un psicoterapeuta, según corresponda, y nunca dejar de hacerlo por el hecho de estar tomando los remedios. Los concentrados duran indefinidamente si se guardan en un lugar fresco y oscuro, pero los remedios diluidos sólo se conservan unas tres semanas. Si se quiere hacerlos durar más, hay que añadirles una tercera parte de alcohol; el brandy se emplea tradicionalmente como conservador. En tiempo de calor hay que mantener en refrigeración los remedios diluidos y agregarles un poco de brandy o vinagre de manzana para evitar que se descompongan. Antes de volver a utilizar los envases vacíos, deben esterilizarse, junto con los goteros, en agua hirviendo con una cucharada de vinagre de manzana. En busca del terapeuta adecuado Los remedios o flores de Bach han adquirido una gran popularidad; en ocasiones se emplean en conjunción con la HERBOLARIA, la HOMEOPATÍA o la NATUROPATÍA. Tal como ocurre con otras terapias heterodoxas, una opción para hallar un terapeuta calificado.