FUMARIA -
Tónico digestivo
Tres hipótesis se barajan para justificar el extraño nombre de esta planta. La primera, aceptada por la mayorÃa de los autores ya la encontramos en Dioscórides y Mattioli: «Su jugo, muy acre, aclara la vista y provoca el lagrimeo lo mismo que e humo, por cuyo motivo se la llama "humo de la tierra"».
Otros autores afirman que su nombre proviene de la creenciade los antiguos de que nacÃa de «los humos de la tierra»; y por in, la tercera hipótesis formulada por Plinio el Viejo, se basa en su apariencia, pues vista desde lejos, con su follaje gris y sus flores rojas, sugiere la humareda de un incendio lejano en la llanura.
Sea cual sea la hipótesis acertada –seguramente la primera– esto no cambia en nada los méritos de esta planta, ya conocidos de los griegos, entre los cuales Galeno y Dioscórides recomendaban su uso contra las afecciones oculares y del hÃgado.
Entre los árabes, Serapión, Avicena y Mesué la consideraban, además, excelente para combatir las enfermedades de la piel. En el siglo XVI, Mattioli la recomendaba como un tónica general de los órganos abdominales; en el siglo xvii, Schroeder la prescribe para el bazo, el hÃgado, la vesÃcula biliar y como depurativa de la sangre, y en el siglo XVII, Desbois de Rochefori considera a la fumaria como un especÃfico de las enfermedades hepáticas y como el mejor de los herpéticos, el más apropiado para combatir el espesamiento de la bilis.
Nombre botánico
Es la Fumaria officinalis, de la familia de las Fumariáceas.
Sinónimos
Camisitas del niño Jesús, conejitos, palomilla, pañalitos del niño Jesús, sangre de Cristo, zapatitos de Nuestro Señor (español); fumária, herba de fum, colomina, julivert bord (catalán); fumeterre, herbe á jaunisse (francés); fumitory (inglés); fumária, molarinha (portugués); taubenauge (alemán); fumaria, fumosterre, fÃele della terra, foem (italiano); Tzu-hua-titing (chino).
La planta
Se trata de una planta pequeña (no más de uno o dos palmos de altura) de tallo delgado, cuadrado, ramoso y débil, con hojas pequeñas, cortadas, tenues y verde blanquecinas, que por su disposición y delicado recorte presentan algunas semejanzas con las del perejil; florece una o dos veces al año, y lo más caracterÃstico de la fumaria son precisamente sus flores, que forman racimos largos y flojos, y cuya forma irregular puede apreciarse en la ilustración mejor que con una simple descripción. Su color es rojo vinoso, más pálido en las piececitas laterales y granate en los bordes.
En realidad existen cinco variedades de fumaria, todas muy parecidas y de idénticas propiedades, no obstante se suele recomendar de preferencia la F. officinalis, que es la aquà descrita.
Se recolecta la planta entera durante toda la floración y se seca extendiéndola en telas o cañizos a la sombra de un lugar aireado o colgándola del techo en manojos. Siempre que sea posible es preferible usarla fresca.
Hábitat
Aun cuando es originaria de Oriente se ha aclimatado en nuestros climas y actualmente se la encuentra en casi toda Europa y Asia.
Gusta de las tierras bien abonadas, en particular los viñedos y campos de cereales, aunque también puede encontrarse en abundancia en los campos baldÃos, huertos abandonados o junta a viejas y ruinosas paredes.
Principios activos
Su principio activo es una serie de alcaloides del grupo de la berberina (se han reconocido ocho por el momento) el principal de los cuales es la fumarina. También contiene ácido fumárico, flavonoides, idrasteina, captisina, aminoácidos (glicina, serina, ácido glutámico), ácido cerilico y sales potásicas.
Efectos
Prácticamente ya se han definido en la historia de la planta, sin embargo, recordaré que se usa en todas las enfermedades de la piel (acné, dermatosis, herpes y sarna), en los trastornos hepáticos, especialmente en la congestión, la ictericia y la hepatitis; en la artritis, como tónica en la pereza intestinal y la inapetencia; en la hipertensión y la arteriosclerosis, y también como depurativa.
Es muy importante tener en cuenta la observación realizada por Leclerc y confirmada por muchos otros autores referente a que cuando se utiliza la fumaria, en especial el jugo, en los ochc primeros dÃas el examen hematológico indica un notable aumento de glóbulos rojos, mientras que a partir de este momento su número disminuye sensiblemente.
AsÃ, de aperitiva y tónica al principio, se convierte en calmante e hipnótica si se prosigue o incrementa el tratamiento. Por consiguiente, a menos que sean esos los objetivos propuestos, sea cual fuere la cura iniciada y la enfermedad que se desea remediar, el tratamiento no debe durar más de ocho dÃas, y ha de ser seguido por diez de descanso antes de reemprenderlo.
Preparaciones
Se usa en jugo fresco, decocción, jarabe y lociones.
Jugo fresco
La fórmula clásica consiste en desmenuzar la planta con un poco de agua en un mortero y exprimir la pasta resultante en una prensa o envuelta en una servilleta que se somete a presión. Luego, se deja reposar unas horas para que se depositen las partes sólidas y se filtra el lÃquido a través de una tela fina.
La dosis es de cinco a seis cucharadas soperas al dÃa mezcladas con miel o leche para disimular su sabor amargo.
Este jugo se muestra muy eficaz contra las afecciones de la piel citadas anteriormente aplicado sobre las mismas.
Decocción
En un litro de agua frÃa se añaden 25 gramos de planta fresca,50 de planta seca, calentando hasta ebullición; se mantiene asi5 minutos, se apaga el fuego y se deja reposar 10 minutos antes e filtrar y guardar. Se endulza con miel y se toman tres tazas diarias, una antes de cada comida.
Jarabe
Disponemos de dos recetas distintas, pero igualmente eficaces.
- Se extraen 150 gramos de jugo de fumaria y una vez clarificado y filtrado se le añade el mismo peso de miel o azúcar y se cuece a fuego suave hasta que tenga consistencia de jarabe. La dosis es de dos a cuatro cucharadas diarias.
- Hiérvanse lentamente 60 gramos de plantas frescas en un litro de agua. Pasada media hora se aparta del fuego, se pasa por un lienzo fino y en el lÃquido resultante se disuelven 800 gramos de azúcar. Se filtra y embotella. La dosis es de dos a tres vasitos diarios.
Aparte de los beneficios generales de la fumaria, este jarabe administrado a cucharadas tres o cuatro veces por dÃa, con intervalos regulares hace desaparecer las costras de leche de los ni os y favorece la expulsión de las lombrices intestinales.
Loción para la piel
Se hierven 50 gramos de fumaria seca en medio litro de leche lurante 5 minutos. Se separa del fuego y se deja reposar otros 10 minutos. Una vez filtrado se usa como una leche de belleza. |