SEIKI es la energía vital de Vida
(Sei: vida/esencia/puro. Ki: energía).
El corazón de todo ser humano contiene en su interior esta chispa de energía que es parte de la Creación , de ese océano infinito de pureza, y a su vez, del Universo. Antes de los opuestos complementarios Ying/Yang.
Según la filosofía oriental, la enfermedad se manifiesta cuando el cuerpo pierde su armonía con la naturaleza interna del individuo, porque las corrientes alternas de energía entre el paciente y su yo interno están obstruidas.
El tratamiento Seiki se centra en el poder curativo interno del paciente estimulando la energía vital dormida/atascada y restablecer su estado normal y armónico.
El tratamiento apropiado varía según la respuesta vital de cada paciente con el fin de restablecer el equilibrio de sanación. Por su parte, el terapeuta unifica su Seiki Interno (su interior más puro) con la del paciente y su propio Seiki Interno, con el fin de despertar esa chispa de poder curativo, armonizando con el cuerpo y alma del paciente. Es la respuesta de autocuración.
El tratamiento lo realizan esencialmente las manos humanas, por medio de la presión. La causa de una enfermedad no se diagnostica simplemente como una deficiencia de algún elemento particular interno, sino como un desorden de todo el cuerpo.
El entorno inmediato de una persona es la causa primordial de los desórdenes del cuerpo. Es más, las técnicas de diagnóstico de la medicina oriental no pueden entenderse fuera de los límites psicológicos de la unión entre el sujeto y el objeto. Basada en este concepto unitario de la mente y el cuerpo, la medicina oriental trata juntos el individuo y el todo; comprendiendo la naturaleza holística de la vida y no dividiéndola en unidades, como es el caso de la medicina occidental.