LA LINAZA
La linaza (linaza) y las algas marinas nunca fueron consideradas recursos nutricionales importantes en la historia de la humanidad. Es más, el linaza ha sido fuertemente cuestionado por una cantidad de factores que interfieren en el desarrollo normal de hombres y animales. El linaza es utilizado esencialmente para la manufactura de productos industriales como: recubrimientos, pinturas y barnices.
La restricción de la semilla de linaza (linaza) en el uso humano (muchas personas lo usan en sus dietas como adelgazante) y animal se debe principalmente a la presencia de cianoglicósides tóxicos (linamarin) y a factores antagónicos de la vitamina B6 (Vetter 2000, Center of Alternative and Animal Products, 1995; Stitt, 1998; Butler et al., 1965). Recientes descubrimientos demuestran que los niveles bajos de vitamina B6 en la sangre están asociados con un riesgo creciente de enfermedades cardio-coronarias fatales y apoplejía (AmericanHearth Association, 1999).
La homocisteína; una sustancia no proteica que forma aminoácido de azufre y que no es un constituyente dietario normal, se eleva cuando el ácido fólico y los niveles de vitaminas B son inadecuados (Hertzlich et. al., 1996; Selhub et. al., 1996). Los investigadores creen que cuando las células corporales mandan demasiada homocisteína a la sangre, el interior de las paredes arteriales se irritan, fomentando así la formación de placas-depósito de grasa que se adhieren a las paredes arteriales (McBride, 1999). Actualmente se reconoce que una elevada concentración de homocisteína en suero constituye un factor de riesgo importante e independiente para las enfermedades cardio-vasculares y la apoplejía (Malinazaw, 1996, Boushey et. al., 1995.
Todas las variedades de linaza tienen factores antinutricionales, incluyendo la nueva variedad FP967, un organismo modificado genéticamente (GMO), que tiene una concentración de compuestos cianogénicos totales (linamarin, linustatin, neolinustatin total) que no es diferente de los tradicionales (Canadian Food Inspection Agency, 1998).
El consumo humano de la semilla de linaza está prohibido en Francia, Italia y usado con limitaciones en Alemania, Suiza y Bélgica (Le Conseil d'Etat, 1973). En los Estados Unidos, aunque el consumo humano no está prohibido, no tiene la aprobación de la FDA. Esto significa que bajo tales circunstancias, si una empresa decide incluir el linaza en la fórmula de un producto alimenticio, será responsable por la inocuidad del mismo Vanderveen, 1986).
Recientes trabajos en investigación en animales han advertido sobre la acción negativa de la linaza en la preñez y en su desarrollo reproductivo. Se han atribuido a la acción del compuesto denominado diclycoside ecoisolariciresinol (SDG) que a través de la acción microbiana, actúa en los mamíferos como depresor o potenciador estrogénico. Se conoce al linaza como la fuente más rica de SDG y por lo tanto se recomienda especial cuidado si se consume durante el embarazo y la lactancia (Toug et. al., 1998; Richard y Thompson, 1998).
Debido a la disponibilidad de linaza (como aceite industrial) y a su precio relativamente bajo ha habido muchos intentos de utilizarlo en alimentación animal, como fuente ácidos grasos w-3, aunque sin mucho éxito. Numerosas publicaciones científicas mostraron los efectos negativos que los factores antinutricionales de la linaza tienen en el desarrollo de las gallinas ponedoras, pollos, cerdos, animales de laboratorio, etc. (Treviño et. al., 2000; Toug et. al., 1999, Novak y Sheideler, 1998; Bond et. al., 1997 ; Ajuyah et. al., 1993 ; Bell y Keith, 1993 ; Batí, 1993, Bateerham et. al., 1991). Por lo tanto y con el fin de usar linaza en las dietas avícolas o de otros animales, las semillas deberían desintoxicarse previamente. Sin embargo, el proceso más eficiente requiere la utilización de solventes, aunque en ningún caso quedan completamente desintoxicados (Mazza y Oomah, 1995).
Una revisión reciente comparó en el mismo experimento a la CHÍA con otras fuentes de ácido graso omega-3 (Ayerza, 2002). En ella se demostró la ventaja de la CHÍA sobre las dietas que incluyen aceite de pescado y linaza para la producción de huevos omega-3. Además, un trabajo de investigación que compara los efectos de la linaza y la CHÍA como fuente de omega-3, informa sobre los efectos negativos que tiene el linaza en la producción de huevos cuando es agregado a las dietas enriquecidas con CHÍA de gallinas ponedoras (Ayerza y Coates, 2001).
Considerando el contenido de ácido graso alfalinazalénico de la linaza y la CHÍA y la incorporación de ácido omega-3 en los huevos, la CHÍA prueba que tiene una mayor eficiencia (230%), que el linaza (Ayerza, 2002). Esta diferencia podría estar relacionada con los distintos compuestos antioxidantes de la linaza y la CHÍA y su influencia en la incorporación de ácido graso. (Ajuyah et al, 1993), se observó que incluyendo antioxidante en la dieta de pollos se produce un aumento significativo en los ácidos grasos omega-3, incorporados en la carne blanca; sin embargo, también se observó que los antioxidantes externos no mejoran la disminución del crecimiento corporal producido por la dieta de linaza.
También la mayor eficiencia en la deposición de ácidos grasos mostrada por la CHÍA, comparada con el linaza, podría estar relacionada con el proceso de la digestión de los lípidos. Numerosos factores son capaces de causar variaciones en los no-rumiantes, en la absorción intestinal y en la deposición de tejidos de las grasas y de los ácidos grasos. Estos factores incluyen la relación de ácidos grasos saturados: insaturados (Lessire et. al., 1996); mono-insaturado:poli-insaturado (Chang y Huang, 1998) y omega-6:omega-3 total (Wander et.al., 1997) en la dieta. La utilización digestiva de los ácidos grasos varía de acuerdo a su posición en la molécula de glicerol; por lo tanto, las diferencias entre la posición del ácido graso alfalinazalénico de la CHÍA y el linaza, podrían explicar la mayor incorporación de los ácidos grasos omega-3 de la CHÍA , respecto al linaza (Porsgaard y Hoy, 2000; Straarup y Hoy, 2000; Innis y Dyer, 1997; Lessire et. al., 1996).
Ninguno de los factores tóxicos de la linaza, o cualquier otro factor adverso se han encontrado en la semilla o el aceite de CHÍA (Ayensa y Coates, 2002, 2001, 2000, 1999, 1997; Lin, et. al., 1994; Weber et. al., 1991 Ting et., al., 1990, Bushway et. al., 1984). La CHÍA junto con el maíz y los frijoles han sido el elemento central de muchas civilizaciones precolombinas de América, incluyendo a los Mayas y los Aztecas y la Linaza no.(Sahagún, 1579).