Auroterapia
Los auroterapeutas consideran que el aura también permite determinar la personalidad y las emociones del paciente. AsÃ, por ejemplo, un aura con bordes tenues e irregulares puede interpretarse como señal de que la persona es demasiado susceptible a la influencia de los demás: un aura con bordes definidos y regulares puede indicar mentalidad abierta pero no vulnerabilidad, y un aura con bordes muy marcados tal vez indique una actitud defensiva y tendencia a percibir el mundo como algo hostil debido a una profunda inseguridad. Se afirma que los colores del aura también son importantes: el predominio del rojo al parecer indica ira, y el del azul, idealismo.
Una vez que el terapeuta ha conseguido interpretar con claridad el aura del paciente y sus problemas, procede a iniciar el tratamiento, que puede adoptar diversas formas. En ocasiones consiste en "avivar' un color opaco del aura, agregar uno faltante o introducir un tono complementario para contrarrestar la influencia de otro que sea demasiado potente. Los auroterapeutas aseguran que pueden realizar esto convirtiendo sus propias auras en canales a través de los cuales la energÃa espiritual universal puede afluir a las auras de los pacientes. Di-cha canalización puede efectuarse tocando el aura del paciente o utilizando la técnica de visualización para transmitir la energÃa.
Autoayuda Muchos auroterapeutas ponen de relieve la necesidad de que los pacientes intervengan en su propio proceso curativo, asà que parte de la terapia consiste en ayudar a la persona a volverse más consciente de sà misma y a que tenga más contacto con su naturaleza espiritual: lo anterior quizá implique aprender a percibir y fortalecer la propia aura mediante la visualización, la CROMOTERAPIA, la SONOTERAPIA e incluso por medio del dibujo, la composi-ción o llevar un diario. Pero también subrayan que el apoyo y la experiencia del terapeuta son factores insustituibles.
Los colores del aura Se cree que los colores que emanan del cuerpo de una persona re-velan su naturaleza y su estado de salud fÃsica y anÃmica. He aquà algunos principios de interpretación básicos, que no deben tomarse al pie de la letra pues los colores del aura de cada quien no son inmutables:
Rojo Es el color de la vida y del vigor fÃsico: simboliza fuerza, energÃa y pasión, y está asociado con la coordinación del individuo como un todo. La tensión muscular y el nerviosismo pueden manifestarse en el aura como rojo claro, y la ira y la sensualidad como rojo oscuro. El exceso de tonos rojos en el aura supuestamente indica egoÃsmo, obstinación o aprecio excesivo de los bienes materiales. Desde el punto de vista terapéutico, el rojo se relaciona con las terminaciones nerviosas, las funciones excretorias y las glándulas sexuales.
Anaranjado Este color está asociado con la energÃa y la salud e indica una personalidad dominante pero que puede ser con-descendiente. El predominio del anaranjado significa ambición e interés desmedido por alcanzar las propias metas: también puede ser señal de anhelo o desilusión. Este color se relaciona con las glándulas suprarrenales, la actividad sexual y el bazo.
Amarillo Indica capacidad intelectual, optimismo y, en algunos casos, frustración. Si el amarillo es muy pálido, puede significar debilidad o indecisión, y un amarillo dorado es señal de desarrollo espiritual. Este color se relaciona con el aparato digestivo, la reproducción y el parto.
Verde Es el color de la naturaleza, la regeneración y la curación: suele indicar una personalidad vivaz y adaptable y una mentalidad flexible. Está asociado desde el punto de vista fisiológico con el timo, el corazón y el aparato circulatorio.
Azul Representa idealismo, integridad e inspiración. Si es pálido indica potencial de
Cómo aprender a distinguir el aura
Mientras que algunas personas creen que sólo ciertos individuos dotados pueden ver auras, otras piensan que todos podemos desarrollar esa capacidad en mayor o menor grado. Asà pues, podrÃamos empezar aprendiendo a percibir efectos que normalmente no apreciamos.
Primero hay que dejar la suspicacia a un lado y procurar creer sinceramente en que las auras existen y podemos verlas. También es conveniente reaccionar ante los demás y ante las circunstancias con tanta empatÃa como sea posible. Quienes afirman ver auras definen esa facultad como un proceso sutil de "sintonizar" fuerzas vitales.
Hay que observar a las personas detenidamente y determinar si sus movimientos son tensos e irregulares o gráciles y continuos: también conviene fijarse en su atuendo y si los colores de éste las favorecen y armonizan con su personalidad.
Asimismo, hay que tratar de captar los mensajes corporales que la gente envÃa y descifrar su verdadero significado. Para eso es útil imaginarse en el lugar de la otra persona y procurar entender los motivos de sus emociones y sus reacciones.
Aprendizaje y erudición. FÃsicamente, el azul es el color de la glándula tiroides y se relaciona con los oÃdos, la nariz y la garganta, asà como con la respiración y el habla.
Indigo Implica tendencia a actuar a partir de la intuición y búsqueda de la verdad espiritual, asà como moralidad y deseo pro-fundo de trascender del mundo fÃsico. El predominio del Ãndigo significa serenidad y benevolencia, o bien, si no está bien balanceado, irritabilidad. Este color se relaciona con la hipófisis y el sistema linfático.
Violeta Es el color de la iluminación espiritual y el amor, y está asociado con la glándula pineal, el sistema nervioso y la integración del cuerpo como una totalidad.
Negro y gris Estos colores indican que el aura ha sido dañada por pensamientos o emociones negativos, el ESTRÉS, alguna enfermedad o al estar bajo anestesia.
Blanco Representa perfección, el ideal supremo y la verdad: equilibra el negro o el gris presentes en el aura.
El punto de vista ortodoxo
Aunque no hay pruebas cientÃficas de la existencia del aura, algunos médicos creen que tanto los tejidos vivos como los muertos emiten energÃa: la intensidad de dicha emisión al parecer varÃa de un ser vivo a otro pero puede indicar la presencia de una enfermedad. No obstante, la mayorÃa de los médicos alópatas dudan de que el aura pueda detectarse o interpretarse con precisión en todos los casos.