CUIDADO DEL CABELLO
El aspecto que distingue el cabello de cada persona se debe a cuatro caracterÃsticas hereditarias: densidad, grosor, grado de ondulación y color. No obstante, su buen o mal estado depende en gran medida de factores no hereditarios, como la salud, la higiene, la elección de champúes, acondicionadores y otros productos, asà como de peines, cepillos y otros instrumentos.
Al igual que la piel, el cabello es una de las partes del cuerpo que se desarrollan con más rapidez: cada pelo crece a un ritmo aproximado de 1 cm al mes: el ritmo es más acelerado por la noche y durante el verano. En condiciones ideales, el cabello es flexible y tiene un lustre dado por una delgada pelÃcula de sebo, la grasa que segregan las glándulas sebáceas de] cuero cabelludo, situadas cerca de la raÃz de cada pelo. El sebo mantiene suave la capa exterior del cuero cabelludo, impide la evaporación de la humedad que éste contiene, lubrica el cabello y se cree que previene la multiplicación de bacterias nocivas.
Para gozar de una cabellera saludable (siempre y cuando no se padezcan AFECCIONES (CAPILARES), el mejor tratamiento es mantenerla limpia y adoptar una dieta equilibrada. Como las condiciones del cabello varÃan en cada persona, la frecuencia del lavado debe ser la que se juzgue conveniente para el propio bienestar y la buena apariencia. Es evidente que las personas de cabello muy grasoso, cuyas glándulas sebáceas tienen una actividad excesiva, necesitan una limpieza más frecuente, quizá diaria; en cambio, quienes tienen el cuero cabelludo reseco tal vez se beneficien con una aplicación de aceite antes del champú.
En exceso, los cuidados pueden maltratar el pelo. Si éste se lava con frecuencia, conviene usar un champú suave, de preferencia a base de jabón y no de detergente. No es aconsejable el uso de rizadores demasiado calientes, cepillos con cerdas de plástico, peines con dientes puntiagudos ni bandas elásticas para recoger el cabello. También conviene evitar la exposición in-moderada al sol, al agua dorada de las piscinas, y al agua de mar, todo lo cual puede resecar el pelo y el cuero cabelludo.
Los tintes quÃmicos, decolorantes, permanentes y masajes también pueden maltratar el cabello. Los productos para hacerse permanente en casa deben usarse siguiendo al pie de la letra las indicaciones del fabricante. Aunque los tintes temporales no son dañinos, los de efecto duradero pueden lesionar el cuero cabelludo, provocar reacciones alérgicas y alterar la composición quÃmica del pelo.
Advertencia Antes de usar un tinte para el cabello, conviene hacer una prueba aplicando un poco del producto en una pequeña zona del cuero cabelludo, detrás de una oreja: si después de transcurridas 48 horas se presenta irritación, no debe usar el tinte
Tratamiento para el cabello reseco
Para aliviar la sequedad del pelo y el cuero cabelludo conviene aplicarles semanalmente dos cucharadas de aceite de oliva tibio, dando un masaje completo, pero suave, con las yemas de los dedos.
Después del masaje hay que mojar una toalla con agua caliente, exprimirla y envolver la cabeza con ella. Cuando la toalla se enfrÃe, debe mojarse nuevamente con agua caliente, expri-mirse y enrollarse en la cabeza: conviene repetir esta operación dos o tres veces. Por último, hay que lavarse la cabeza de la manera usual.
Si este tratamiento no corrige la sequedad, será aconsejable consultar al médico para que averigue su causa.
El uso frecuente de decolorantes a base de agua oxigenada puede resecar el pelo, encogerlo, adelgazarlo, volverlo áspero y quebradizo o provocar florecimiento del pelo. Las puntas partidas, caracterÃsticas de este último, se deben a sequedad por falta de sebo. No obstante, el florecimiento puede presentarse igualmente en cabello graso. Los decolorantes también pueden hacer que el pelo se rompa en la parte media y se caiga.
Para corregir el florecimiento del pelo hay que despuntar el cabello con tijeras cada dos semanas: de lo contrario, es posible que la resquebrajadura avance en dirección a la raÃz. Si el florecimiento del pelo persiste a pesar de este tratamiento, puede remediarse temporalmente aplicando a las puntas un acondicionador que contenga proteÃnas.
Encanecimiento El color del cabello está determinado por dos pigmentos básicos, que se encuentran en él en diversa proporción: negro parduzco y amarillo rojizo. A medida que se envejece, se depositan menos pigmentos en el pelo, y éste se vuelve blanco; por regla general, el proceso comienza en las sienes y luego se extiende al resto del cabello. De cualquier forma, el ritmo y el grado de encanecimiento obedecen a factores hereditarios.
CaÃda del cabello La vida media de cada pelo de la cabeza es de dos a seis años, al cabo de los cuales deja de crecer, se cae y es sustituido por otro. Sin embargo, algunos trastornos (CALVICIE y AFECCIONES CAPILARES) pueden hacer que la caÃda se vuelva excesiva: tal es el caso de los cambios hormonales que ocurren en las mujeres durante el embarazo o al dejar de tomar anticonceptivos. Algunos medicamentos anticancerosos también provocan calvicie, pero el cabello casi siempre vuelve a crecer cuando se suspende el tratamiento.
Es común que el cabello escasee en las mujeres a partir de la menopausia, pero los peinados que lo estiran demasiado, el uso excesivo de rizadores, asà como el masaje y el cepillado frecuentes y vigorosos, pueden hacer que caiga prematuramente.
Para evitarlo, conviene elegir peines de dientes romos y cepillos de cerdas naturales, y no usarlos con el pelo mojado, sino una vez que se haya secado suavemente con una toalla. Si se usan secadores de pelo, hay que mantenerlos al menos a 15 cm de distancia de la cabeza.
Un buen remedio para casos leves de CASPA consiste en frotar el cuero cabelludo con dos mitades de limón, dejar que el jugo actúe durante 10 minutos y luego lavarse la cabeza. Conviene probar también con leche agria en vez de limón y ver qué remedio da mejor resultado.