Es necesario conseguir un trozo de cola u oreja de perro, pero que haya sido cortada sin que el animal sufra (en las clínicas veterinarias se suele hacer este tipo de operación estética). Con esto se rellena un orificio abierto en un pedazo de pan. Se envuelve todo en un trozo de terciopelo de color carne perfectamente ajustado y cosido.
Después, descosiéndose la parte del colchón que queda entre el marido y la mujer se introduce el envoltorio, de modo que no incomode cuando el matrimonio se acueste.
Hecho esto, la mujer procurará mostrarse muy amable y condescendiente, concordando en todo con la voluntad del marido. No se reirá cuando e] marido esté triste y le prometerá ayudarle y consolarle si la suerte le fuere adversa, fingiendo resignarse si cree que su esposó tiene una amante.
Por la noche al acostarse y por la mañana al levantarse, le dará un vaso de leche con un huevo batido, azúcar, canela y clavo de olor. En el caso de que la leche no fuera del agrado del esposo, le preparará un vaso de buen vino con los ingredientes indicados.
Cuando duerma con él se despojará de toda la ropa que le sea posible, acercando mucho su cuerpo al de su marido para transmitirle su calor y su sudor.
Todos los días, cuando su esposo regrese del trabajo, le tendrá preparada alguna golosina, demostrando de ese modo que no deja de pensar en él. Después le dará un beso, o muchos, en la boca.
Si él fuese grosero o áspero, no debería controlarle nunca: si fuese dócil aunque inconstante, debe mostrarse siempre superior en los-sentimientos y en los actos. Esta receta tiene un efecto indiscutible.