Cuando la felicidad de una pareja está peligrando, cuando uno de los dos está esquivo, poco apasionado o escurridizo, hay que colocar en un plato la foto de esa persona y cubrirla totalmente con miel. Sobre ese plato se apoya otro, sobre el cual se enciende una vela de siete días blanca o celeste. Esta vela arde durante una semana. Se debe tener cuidado de colocarla en un lugar donde no corra peligro de apagarse o de provocar un incendio. Lo ideal es una bañera.
Una vez, pasada la semana, cuando el fuego se consumió, hay que tirar los restos en una alcantarilla, lavar bien el plato y guardarlo por si es necesario repetir el procedimiento. También hay que guardar bien tapado el otro plato con la foto y la miel, para usar los mismos elementos llegado el caso. Los resultados deben verse en quince días. Si el panorama no mejoró se debe repetir el encantamiento una vez más.