La diabetes mellitus suele producirse en la madurez y ocupa el primer lugar entre las enfermedades detectadas en los diagnósticos hospitalarios, debido a que esta enfermedad no suele presentar sÃntomas en sus primeras etapas, por lo que progresa sin ser advertido por el paciente. Por ello, teniendo en cuenta que la diabetes suele ser una complicación subsiguiente a otras patologÃas, hay que controlar cuidadosamente esta posibilidad, a partir de la edad madura.
El nombre de esta enfermedad proviene del azúcar (glucosa) que se excreta por la orina, por lo cual está relacionada con el nivel excesivo de glucosa en la sangre, al no haber penetrado ésta al interior de las células a través de la sangre. La causa puede residir en la escasez de insulina, hormona que facilita la entrada de la glucosa en la célula, o bien puede ser debido a un mal funcionamiento de los receptores que recogen la insulina desde la membrana. El azúcar en sangre aumenta tras una comida y regresa a sus valores normales después de 2 ó 3 horas, hecho que no sucede asà en los diabéticos. Se diagnostica la diabetis mellitus en un individuo en cuya sangre se han encontrado más de 140 mg de azúcar, en dos mediciones distintas con el estómago vacÃo (en ayunas). La diabetes en los niños aparece de forma súbita con sÃntomas especÃficos tales como sed, poliuria (orina abundante) y apetito desmesurado; en cambio, como dijimos, la diabetes de los adultos por encima de los 40 años, no muestra sÃntomas al principio, por lo que suele detectarse como consecuencia de algún chequeo clÃnico por otras causas.
De acuerdo con las investigaciones del profesor H.K. Lee del College of Medicine de la Universidad Nacional de Seúl la diabetes presenta 3sÃntomas significativos: aumento de apetito, sed y orina, y además, debido a que los diabéticos no pueden aprovechar adecuadamente la energÃa, se presentan sÃntomas de fatiga; según los procesos que antes describÃamos, cuando el azúcar es excretado en la orina, arrastra mayores cantidades de agua, lo cual aumenta el volumen de orina e induce sensación de sed en el enfermo; también el hecho de sentirse débil le produce la sensación de apetito; pero como el alimento no se asimila adecuadamente, permanece la fatiga, la falta de fuerzas y la piel suele volverse quebradiza y áspera. Si esta situación perdura largo tiempo sin ser descubierta su causa, pueden aparecer complicaciones permanentes como las que a continuación se citan.
Los vasos sanguÃneos por los que fluye la sangre con altos niveles de azúcar se lesionan con mayor facilidad que los de una persona sana, por lo que en los diabéticos se presentan frecuentemente complicaciones vasculares que afectan asimismo al riñón (proceso renal), a los ojos (retinitis) y a los nervios (desarreglos neurológicos). También son normales complicaciones tales como tuberculosis, arterioesclerosis, hipertensión, cataratas, gangrena, etc.
El tratamiento adecuado para el diabético supone el ahorro de la insulina propia mediante dietas adecuadas, asà como la reducción de la necesidad de insulina mediante el ejercicio; otro camino consiste en estimular a las células la producción de insulina mediante medicamentos (agentes hipotensores orales), o bien administrar insulina externa en inyectable. A todos estos métodos de combatir la diabetes hay que añadir uno más, consistente en una educación para la diabetes que de hecho juega un papel importante en la lucha contra la misma. Desde tiempo antiguo la medicina clásica ha afirmado que el ginseng aumenta la resistencia orgánica, previene el derrumbamiento fÃsico, incrementa la secreción de los fluidos orgánicos y apaga la sed. Esto quiere decir que el ginseng está especialmente indicado para combatir enfermedades tales como la diabetes, que lleva aparejados el sÃndrome de la sed y la debilidad orgánica. En efecto, recientes investigaciones han mostrado la eficacia de esta planta en el tratamiento de la diabetes, asà como en su prevención. El ginseng, según se ha visto, actúa no solamente de forma directa disminuyendo el nivel de azúcar en la sangre, sino tambien de forma indirecta mejorando los sÃntomas que acompañan a la diabetes y sus complicaciones.
En el 12° sympósium WakanYaku, que tuvo lugar en 1978 en Toyama City, y nuevamente en el 2° y 3° sympósium internacionales del ginseng que se celebraron en Seúl en 1978 y 1980 respectivamente, el profesor Okuda del Departamento de Medicina de la Universidad de de Ehime, comunicó la presencia de sustancias insulÃnicas en el ginseng, habiendo llegado incluso a aislar algunas de dichas sustancias, comprobando la eficacia global del ginseng en la diabetes. En definitiva, consiguió aislar 4 tipos de compuestos insulÃnicos, péptidos, adenosina, compuestos que contenÃan Manganeso asà como ginsenósido Re. El Dr. Oura, director del Instituto de Investigación Wakan-Yaku de Japón, también aisló y extrajo saponina del ginseng, asà como un compuesto peptÃdico de bajo peso molecular al que denominó "prostisol" (factor estimulante de la sÃntesis de proteÃnas) ya que tiene una actividad semejante a la de las hormonas.
En 1985 se descubrió el ginsenósido Rb2, que es uno de los componentes de las saponinas del ginseng, reduce el nivel de azúcar en sangre. Simultáneamente, el profesor Kimura de la Facultad de Medicina y Farmacia de Toyama en Japón, afirmó asimismo en el 3° sympósium Internacional del ginseng que habÃa aislado el DPG 3-2, sustancia con capacidad para disminuir el nivel de azúcar en la sangre, que además posee la propiedad de estimular la liberación de insulina. Este producto posteriormente fue purificado y se la denominó D-O-ANa, que es un potente estimulante de la liberación de insulina.
Los profesores M.W. Lee y T.H. Lee del College of Medicine de la Universidad Nacional de Jeonnam manifestaron en el 4° sympósium Internacional del Ginseng, que tuvo lugar en el Instituto de Investigación del Korea Ginseng and T. en Taejon en 1984, que el ginseng protege contra la muerte debida a parálisis nerviosa y normaliza el descanso en la utilización de la glucosa periférica inducida artificialmente.
Hoy dÃa existen abundantes drogas de sÃntesis eficaces en el tratamiento de las diferentes patologÃas, pero están sometidas a una gran cantidad de efectos secundarios; dicho de otra forma, las personas que están sometidas a tratamiento deben tener en cuenta que el abuso de drogas sintéticas puede ser causa de enfermedades tales como anemia maligna, diabetes, hemorragia cerebral, envejecimiento, cáncer, etc. Por contra, el ginseng, cuya capacidad no sólo para prevenir la diabetis sino también como tratamiento suplementario de la misma, no presenta estos efectos colaterales. Hasta el momento presente las investigaciones a nivel clÃnico sobre el efecto del ginseng en la diabetis han sido llevados a cabo por los profesores J.S. Cho de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Kyungbuk, Okuda, del Departamento de Medicina de la Universidad de
Ehima, Dr. Yamamoto del Hospital Nissei de Osaka y el Dr. Yoshida del Hospital General Municipal de Yawatahama. En conjunto, todos los trabajos de los mencionados cientÃficos coinciden en que tras la administración de ginseng (desde un mÃnimo de 2 meses hasta unos 3-4 meses en las experiencias más dilatadas) los sÃntomas subjetivos de los pacientes, tales como la función hepática, los vértigos, dolor de espalda, dolor de pecho, sed, fatiga en todo el cuerpo, pesadez de cabeza, etc. se mejoran notablemente, aparte, naturalmente, de la mejorÃa que se produce en la diabetes en sà misma.
Los compuestos insulÃnicos contenidos en el ginseng contribuyen a la acción de la insulina en las células e intervienen en la liberación de las hormonas relacionadas con el metabolismo de carbohidratos y lÃpidos normalizando su función.
Tal como se mencionó más arriba, el ginseng es especialmente activo como reductor del nivel de azúcar en sangre sin el peligro de disminuirlo excesivamente. Por este motivo los diabéticos pueden tomarlo sin preocupación.