CLIMA Y SALUD
La poderosa influencia meteorológica
Aunque no suele concederse mucha importancia al papel que desempeña el clima en la salud o en la sensación de bienestar de la gente, algunos médicos y terapeutas heterodoxos lo consideran fundamental. El grado de susceptibilidad varÃa en cada persona, pero casi todo el mundo ha sentido las virtudes vigorizantes del aire de la montaña y conoce los efectos de un dÃa soleado en su estado de ánimo.
Otros efectos del clima en el estado fÃsico de las personas son menos evidentes y suelen presentarse sólo en ciertas épocas del año. Muchos de ellos se relacionan con una amplia variedad de condiciones atmosféricas que se afectan entre sÃ, lo que dificulta establecer relaciones precisas de causa y efecto. Aun asÃ, se sabe que varias condiciones tienen efectos especÃficos, entre ellas las siguientes;
Temperatura Afecta los ritmos de la respiración y del metabolismo general (la velocidad de los procesos biológicos del cuerpo). En las regiones frÃas, el calor del cuerpo se disipa rápidamente, lo que aumenta el ritmo metabólico y produce una sensación de vitalidad, en cambio las elevadas temperaturas de las zonas tropicales hacen más lentas las funciones del organismo y menoscaban las energÃas porque el calor se pierde con menos rapidez.
El clima en las terapias naturales
Muchos terapeutas heterodoxos creen que la respuesta del organismo a las condiciones atmosféricas aporta datos valiosos para el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades.
Los remedios homeopáticos con frecuencia se prescriben teniendo en cuenta las condiciones que hacen mejorar o empeorar los sÃntomas. Por ejemplo, a los asmáticos cuyos sÃntomas se exacerban en tiempo húmedo se les trata con Nat sulph.; si, en cambio, muestran mejorÃa en esas condiciones, se emplea Hepar sulph.
Varias doctrinas terapéuticas orientales basadas en las fuerzas opuestas YIN Y YANG, como la DIGITOPUNTURA, la ACUPUNTURA y la MACROBIÓTICA, también conceden importancia al clima. El frÃo y la humedad están asociados al yin; el calor y la sequedad, al yang. El objetivo del tratamiento, que depende de la disposición particular, el tren de vida y los sÃntomas del paciente, es restablecer el equilibrio entre esas fuerzas.
AsÃ, por ejemplo, las enfermedades que se agudizan en tiempo frÃo y los pacientes que viven en regiones frÃas reciben un tratamiento destinado a fortalecer el principio calorÃfico del yang. En cambio, se intenta estimular el yin de los enfermos cuyo sÃntoma principal es inflamación, fiebre u otro que revele el predominio del yang.
El calor y el frÃo moderados no suponen riesgos directos para la salud, si bien los habitantes de latitudes cálidas son más propensos a los trastornos digestivos, mientras que los de paÃses frÃos padecen con más frecuencia afecciones respiratorias. En cambio, la exposición a temperaturas extremas puede acarrear graves consecuencias; en caso de calor, MILIARIA, FATIGA o golpe de calor; tratándose de frÃo, SABAÑONES, CONGELACIÓN O HIPOTERMIA.
La temperatura también afecta la salud de manera indirecta. Por ejemplo, en temporadas de frÃo riguroso, la gente permanece en espacios cerrados y hace menos EJERCICIO; los lugares concurridos suelen caldearse excesivamente y ventilarse mal, lo que crea condiciones ideales para la proliferación de toda clase de microorganismos infecciosos. Por último, la tentación de entrar en calor comiendo y bebiendo más de lo normal (con frecuencia golosinas dulces, comidas abundantes y grasas, café y bebidas alcohólicas) puede dar origen a malos hábitos.
Lluvia Las precipitaciones pluviales son muy variables de una región a otra. Por ejemplo, en Argentina, las máximas precipitaciones se registran en los Andes Patagónicos (con más de 2.000 mm anuales) y en el Nordeste (con más de 1.000 mm), mientras que existen zonas con precipitaciones escasas o prácticamente nulas. En Chile, las máximas precipitaciones tienen lugar en la XI[ región (Magallanes) y son del orden de 6.000 mm anuales, en tanto que existen zonas con precipitaciones de 0,0 mm.
A pesar de la difundida idea de que las lluvias provocan RESFRIADOS, no existen pruebas cientÃficas de que asà sea; en cambio, ciertos estudios indican que la humedad y los descensos de la presión atmosférica que preceden a las lluvias, hacen empeorar las molestias que sufren las personas que padecen reumatismo. El frÃo seco, tÃpico de algunas regiones, reseca la membrana mucosa de las vÃas respiratorias superiores y aumenta su vulnerabilidad a las infecciones. Climas "vigorizantes" o "calmantes" A algunos lugares se les atribuyen tradicionalmente virtudes vigorizantes, mientras que otros se consideran relajantes. Se cree que en ello intervienen diversos factores, como el viento, la humedad, la temperatura y quizá la frecuencia con que cambia el tiempo, pero no existen pruebas cientÃficas al respecto.
Se piensa que los lugares moderada-mente frÃos y húmedos, cuya temperatura no cambia con brusquedad ni desciende por efecto de vientos fuertes, restituyen las energÃas del organismo al estimular el ritmo metabólico; dichos lugares abundan en zonas boscosas del altiplano, donde la vegetación ayuda a conservar la humedad ambiente. Por otra parte, suelen atribuirse propiedades calmantes a los lugares bajos y cálidos, sobre todo los de las regiones costeras, donde la presión atmosférica del nivel del mar es benéfica, además, para los trastornos cardiovasculares.
Luz solar Ciertos estudios indican que tanto los enfermos como las personas sanas se sienten mejor en tiempo soleado, y los efectos tonificantes de un dÃa de descanso al sol- son bien conocidos. Los médicos y psicólogos reconocen actualmente la existencia de un trastorno denominado perturbación afectiva estacional, que se presenta entre algunos habitantes de las regiones frÃas durante el invierno, cuando los periodos de luz natural son muy cortos. Las per-sonas afectadas experimentan depresión, inestabilidad anÃmica y letargo, pero vuelven a la normalidad a medida que los dÃas se hacen más largos.
Por otra parte, la luz del sol estimula la formación de vitamina D en el cuerpo, lo que resulta esencial para prevenir el raquitismo infantil. El asoleo excesivo, en cambio, provoca QUEMADURAS DE SOL y aumenta el riesgo de contraer CÃNCER de piel, sobre todo en las personas de tez blanca. Viento La dirección y la velocidad del viento no sólo afectan la manera en que se difunde el sonido; el ruido mismo de un viento persistente puede irritar el ánimo, y la contaminación del aire viaja con el viento, llevando consigo esmog y lluvia ácida (RIESGOS PARA LA SALUD).
En tiempo frÃo, el viento aumenta considerablemente la pérdida de calor corporal, a veces hasta en 80%. Este fenómeno, llamado factor de congelación, es más indicativo del frÃo que se siente que sólo la temperatura ambiente. Por ejemplo, un fuerte viento de 72 km/h a una temperatura de —7°C enfrÃa el cuerpo en la misma medida que una brisa de 8 km/h a —24°C.
Niebla En otro tiempo se atribuÃa a la humedad de la niebla un sinnúmero de dolencias reumáticas, pero hoy se cree que el mayor peligro procede de los contaminantes que lleva consigo. Se sabe bien que en las zonas industrializadas y muy contaminadas, las temporadas de niebla hacen aumentar los casos de enfermedades respiratorias y las muertes por esa causa.
Frentes frÃos Ocurren cuando una corriente de aire frÃo desplaza una masa de aire caliente, causando un descenso brusco de temperatura. Algunas personas experimentan nerviosismo ante esas variaciones.
Se cree también que en esas condiciones empeoran ciertos TRASTORNOS NEUROLÓGI COS, como la EPILEPSIA, y algunos estudios han demostrado que el número de suicidios aumenta. Los cambios de presión atmosférica que suceden a los frentes frÃos pueden causar INSOMNIO y desencadenar embolia. Ionización La cantidad de partÃculas eléctricamente positivas y negativas (iones) del aire varÃa de un lugar a otro, y se cree que afecta la salud en diversas formas. Las personas tienden a sentirse mejor en los lugares donde predominan los iones negativos, como la playa, las montañas o las inmediaciones de corrientes de agua naturales.
Las concentraciones altas de iones positivos se presentan antes de las tormentas, en condiciones de mucha contaminación y en espacios cerrados, donde el USO de aparatos, calefacción y telas sintéticas agravan el problema. Entre los trastornos atribuibles al exceso de iones positivos se cuentan el DOLOR DE CABEZA, la TENSIÓN MUSCULAR, la DEPRESIÓN e incluso un empeoramiento de afecciones respiratorias como el ASMA. Las personas afectadas podrÃan sentir alivio con un aparato ionizador (IONIZACIÓN).