Historia de la Cromoterapia
Los orígenes de la terapia basada en el color se hallan en la América precolombina, en Persia (donde se practicaba el culto a la luz de Ahura Mazda), en Egipto, en China, en la India y el Tíbet, con la medicina ayurvédica. En Egipto, en el templo de Heliópolis (templo de la luz dedicado al sol), los sacerdotes curaban con la ayuda de piedras preciosas utilizadas como lentes que filtraban la luz solar. En la Medicina Tradicional China, la observación del color de la piel de los pacientes es un elemento importante de diagnóstico. Esta terapia por el color existe en la India desde tiempo inmemorial, siendo practicada por los parsis, médicos procedentes de Persia que se encargaron de transmitir la tradición. Todavía hoy en día utilizan piedras preciosas que asocian los efectos de las estructuras cristalinas a las vibraciones del color. En muchas disciplinas espirituales, los maestros enseñan a sus discípulos a visualizar los colores en la mente sin ayuda del sentido visual. Una de las técnicas de meditación más antiguas, simples y efectivas es la meditación de luz y respiración.
¿Qué es la Cromoterapia emocional?
La Cromoterapia consiste en el tratamiento de la enfermedad por medio del color y, más concretamente, de la luz de color. Las formas terapéuticas son diversas: inmersión en color, aplicación por zonas (ya sean chakras u órganos) y aplicación por puntos (coincidiendo con los puntos de acupuntura). También pueden utilizarse diversas sustancias intermediarias, previamente expuestas a la luz de un color determinado, como agua, aire o azúcar. Cada forma terapéutica es apropiada para tratar preferentemente uno de nuestros cuerpos: físico, energético, mental o emocional.
La Cromoterapia emocional está, por lo tanto, dirigida a tratar las diversas alteraciones emocionales de la persona, las cuales, a la postre, son la causa originaria de la mayor parte de enfermedades que se manifiestan posteriormente en el cuerpo físico. Para ello, en Beauty House™ hemos desarrollado una variante propia del método de inmersión en color, que ha demostrado ser rápida, efectiva y de efectos duraderos.
El Test de los Colores
Los métodos de diagnóstico utilizados en cromoterapia son muy variados; entre otros, podemos mencionar los vibracionales, sutiles, etéricos, radiestésicos, fisiológicos, electrónicos... La validez de muchos de estos métodos sigue siendo objeto de discusión después de muchos años y, cuando menos, podemos objetar que dependen subjetivamente del terapeuta.
El método utilizado en Beauty House® para seleccionar el color a administrar en las sesiones de Cromoterapia emocional es el Test de los Colores de Max Lüscher, en su forma abreviada de 8 colores. Dicho test es ampliamente utilizado por psiquiatras, psicólogos y psicoterapeutas, y su validez está fuera de toda duda. Se administra en muy pocos minutos y tiene la ventaja de señalar directamente qué color precisa el paciente en el momento actual. Adicionalmente, la interpretación del resultado del Test permite conocer con bastante detalle el estado psicológico del paciente en ese momento, así como sus principales focos de tensión, expresados como ansiedades y métodos de compensación.
Administrando de nuevo el test inmediatamente después de la sesión, se pueden comprobar las variaciones que se han producido como resultado de la misma, lo que ayuda a establecer un pronóstico de evolución del paciente.
La sesión de Cromaroma®
La sesión de Cromaroma® dura treinta minutos y se realiza en camilla, proyectando sobre el paciente el color diagnosticado mediante el Test de Lüscher. No es preciso desnudarse, puesto que la luz actúa sobre todas las partes del cuerpo físico descubiertas (por no hablar del cuerpo energético), y muy especialmente sobre la glándula pituitaria, conectada con el sistema límbico del cerebro, sede de las emociones básicas. El tratamiento cromático se potencia con música relajante y difusión de aromas. Todo ello induce ràpidamente un estado de relajación profunda, similar a un trance hipnótico intermedio, sin ninguna intervención por parte del/a terapeuta. Dependiendo de la naturaleza del conflicto emocional que se esté tratando, se puede acceder en este estado a contenidos inconscientes de la psique, que se manifiestan en forma de imágenes simbólicas (esto ha ocurrido en el 65% de los casos tratados, hasta el momento).
La sesión termina simplemente interrumpiendo la proyección de color, y el regreso al estado normal de vigilia es suave y no traumático. A continuación, terapeuta y paciente comentan e interpretan los contenidos inconscientes que hayan podido surgir durante la sesión, que se recuerdan con toda claridad.