Coja ahora la figura y clave, cuidadosamente, una aguja en su corazón, Cuando se acueste, llévela consigo a la cama y póngala junto a la almohada, pegada a su rostro.

Por la mañana, lávela con agua, haciéndolo una vez en el nombre de Padre, una vez en el nombre del Hijo, y una vez en el nombre de Espíritu Santo. Mójela luego en agua de rosas y déjela que se seque al aire libre.

Cuando quiera estimular el deseo en la persona tome el muñeco con ambas manos y proyecte en él una enorme pasión.

La próxima vez que se encuentren, esa persona se entregará a usted sin dudarlo.