Anémona Anemone pratensis, L.
CaracterÃsticas
Planta herbácea, perenne, con rizoma. De entre las hojas radicales sale el tallo casi desprovisto de hojas, algo velludo, de unos 15 cm de altura y terminado en una sola flor, que es ancha, plana, con perigonio de tres órdenes de sépalos petaloides casi redondos y seis pétalos grandes y vistosos. Se cultiva en los jardines y se halla también en estado silvestre, al igual que la A. nemorosa, L.
Con el cuidado de los jardineros se han formado más de 160 variedades, notables todas por la diversidad de su coloración, tamaño y plenitud de las flores. Las semillas son muchas y, si se quiere reproducir esta planta por tubérculos, sale la misma clase de flor; pero si se reproduce por semillas, éstas producen nuevas variedades.
Todas son plantas acres y venenosas cuando frescas. Unas más, otras menos, ampollan la piel; pero secas no tienen fuerza. Se extrae de ellas la anemonina, alcaloide tóxico. Entre las anémonas que crecen en estado silvestre, tres son venenosas: la A. pulsatilla, L., la A. nemorosa, L. y la A. sylvestris, L. Hay otra que se llama A. helehorefolia, De C., cuyas hojas reemplazan las cantáridas por ser muy vesicantes.
Uso medicinal
Muchas de las propiedades medicinales de esta planta han pasado a la historia. Sin embargo tiene sus efectos, y a veces mortales. Si se la ingiere, suele producir náuseas, vómitos, diarreas. Según Stoerk, opera sobre el sistema nervioso y, a grandes dosis, provoca hipo, embotamiento, temblor, diarrea sanguinolenta y aun la muerte.
Nunca se haga uso de las anémonas sin el visto bueno del médico.
A los animales envenenados con esta planta es preciso curarlos con tisanas, lavativas emolientes y todo lo que sirva para detener la irritación interior, esto es, con plantas tan conocidas como el malvavisco, la linaza, tallos de dulcamara en infusión a dosis de 50 a 100 gramos en 1 litro de agua.
- La más usada en medicina ha sido la "anémona de los prados", que se recomienda contra las manchas de la córnea y otras enfermedades de los ojos; como cicatrizante y contra la parálisis, el reumatismo y la tos ferina. Se usa también contra el asma. Le Grafe la ha empleado para combatir la opacidad de la córnea y la catarata incipiente.
- En la medicina casera la anémona sólo se puede usar sin peligro bajo la forma de tintura (especialmente la A. pulsatilla):
Anémona 5 gr
Alcohol de 90º 100 gr
Se deja en maceración por 15 dÃas, se filtra y se guarda.
Dosis: de 5 a 20 gotas diarias, repartidas en tres tomas, una antes de cada comida principal. Es excelente contra el coqueluche, los catarros bronquiales y como antiasmático. Se puede emplear contra la parálisis, como antisifilÃtico y para normalizar las menstruaciones.
c. Con un puñado de hojas de anémona en un litro de buen vinagre se tiene un excelente remedio contra el romadizo. Se pone un poco de este vinagre en la palma de la mano y se aspiran por la nariz sus vapores, hasta que desaparezca el lÃquido.
- El pueblo usa la papita de la anémona de los prados contra los callos. Pero es preciso aplicarla con precaución, pues levanta grandes ampollas.
- Para cicatrizar las heridas de los animales producidas por rozaduras, se emplea:
Anémona 100 gr
Agua 1 litro
Se hace hervir durante 10 minutos, se enfrÃa y se cuela. |