Las agrimonias son parecidas a los rosales. Son plantas perennes, de hojas alternas y provistas de dos estípulas o apéndices que nacen del pecíodo. Sus flores están dispuestas en grupos terminales o axilares.

Se dan en las regiones templadas de América; también se han podido aclimatar en algunas regiones de España (Aragón y Andalucía).

En medicina se utilizan principalmente sus extremidades floridas, por sus propiedades astringentes debidas al tanino que contienen, al igual que las rosáceas. Pero también se usan las hojas y toda la planta.

La agrimonia se prescribe en los casos de ulceraciones de la garganta e inflamaciones de las amígdalas, flujos crónicos y hemorragias pasivas, contra la angina, la nefritis y los catarros pulmonares, infartos hepáticos y glandulares en general. Para ello se hace hervir:

Extremos floridos 4 gr

Agua 500 gr

Luego se deja enfriar tapando bien el envase, y se toman 3 tacitas al día, prosiguiendo con esta dosis durante un largo tiempo. Se puede endulzar con azúcar, miel o jarabe. Hay otra especie, la A. odorata, Mill., que goza de las mismas propiedades.