Belladona
Atropa belladonna. L. o Solanum lethale, Doc.
CaracterÃsticas
Esta planta herbácea silvestre, que florece en verano, es una de las más importantes en medicina. Sus hojas son ovaladas, aguzadas, enteras, atenuadas en pecÃolo. Sus flores están dispuestas en pedúnculos laterales; la corola es obscura por la parte exterior y verdoso-amarillenta en el interior. El fruto está constituido por una baya negra del tamaño de una pequeña cereza, de olor repugnante. La raÃz es gruesa y carnosa. La planta entera exhala un olor algo nauseabundo, y su sabor, débil al principio y acre después, es dulzón y desagradable, sobre todo en las bayas.
Su nombre cientÃfico le viene, por una parte, del griego árpoiros = "cruel", alusión a sus propiedades venenosas; y, por otra, del italiano "bella donna" = hermosa mujer", ya que el jugo de sus bayas lo usaban las damas romanas para embellecer el cutis y, en la Edad Media, los charlatanes la hacÃan entrar en la composición de ciertos cosméticos que vendÃan a las mujeres italianas.
Efectos fisiológicos y toxicidad
En pequeñas dosis, la belladona produce efectos sedantes, aumenta la tonicidad de los músculos vasculares, acelera la respiración y eleva la temperatura; en dosis tóxicas produce los efectos opuestos. Actúa sobre el corazón por medio del nervio neumogástrico, impresionando y paralizando las extremidades periféricas.
Lo curioso es que los conejos pueden alimentarse durante semanas exclusivamente con hojas de belladona sin experimentar accidentes notables.
La belladona silvestre es más venenosa que la cultivada.
De la belladona se extrae la atropina, que es un veneno narcótico y acre muy violento, y que constituye un medicamento muy eficaz como calmante, pero en muy pequeñas dosis.
No obstante los múltiples usos que tiene la belladona y sus productos, repetimos que es muy peligrosa y no debe estar nunca al alcance de los niños, pues sus frutos rojos, parecidos a cerezas, y su sabor dulce llaman su atención y hacen que los coman con delicia, y asà pocos escapan a la muerte. Asimismo, nunca debe usarse esta planta sino por receta y bajo la vigilancia de un médico experimentado.
Se reconoce la intoxicación observando la pupila que se dilata con la belladona (y se contrae con el opio).
El contraveneno es, ante todo, vomitar y purgar el estómago, y en seguida, administrar agua yodurada o bien té o café y con preferencia opio: este último en dosis elevadas y fraccionadamente. El antÃdoto se debe suspender en cuanto su efecto haya neutralizado el del veneno; de otro modo, el paciente se envenenarÃa por segunda vez. El narcotismo producido por la belladona se combate con compresas y ducha frÃas en la cabeza, baños de pies y lavativas irritantes.
Uso medicinal
a. La raÃz se emplea en infusión de 4 a 15 gramos por litro de agua, o en cocimiento para lavativas de 10 a 30 cg en 200 gramos de agua, con fines sedantes.
b. La mejor manera de administrar esta planta en casos apurados y cuando no está el médico, es en tintura, teniendo en cuenta que hay que suspenderla de inmediato cuando se presentan los siguientes sÃntomas: excitación cerebral, aceleración del pulso, sequedad de las membranas mucosas y, especialmente, dilatación de las pupilas.
La tintura se prepara asÃ:
Hojas secas de belladona 10 gr
Alcohol de 80° 100 gr
Se mantiene en maceración por 15 dÃas, se filtra y se guarda.
Dosis para adultos: de 0,5 a 3 gramos (60 gotas equivalen a 1 gr) que se reparten durante las 24 horas del dÃa, con alguna infusión de tilo, valeriana, menta, etc.
Está recomendada en el asma, coqueluche, corea, epilepsia, estreñimiento, hemorroides, afecciones del intestino recto, incontinencia de la orina y de las materias fecales, parálisis de la vejiga, hernias irreductibles, y para resolver las contracciones espasmódicas de varios órganos como el ano, etc.
- Con las hojas secas se preparan cigarrillos que se prescriben en el asma nerviosa y en la tos espasmódica. También se pueden emplear las hojas en fumigaciones.
- Usada externamente, la infusión de cualquier parte de la planta es un calmante en las afecciones nerviosas y neurálgicas, parálisis, espasmos, etc.
- Pueden emplearse las hojas de belladona, en cantidad de un pequeño puñado que se hierve en el agua, para añadirlas al baño ordinario, que debe ser, por lo general, de corta duración, y se aplica sólo en casos de ataques nerviosos, sin olvidar consultar al médico cuanto antes.
- Son numerosas las aplicaciones de la atropina en las enfermedades de la vista, por su efecto más constante y persistente que es el de dilatar la pupila.
- La belladona forma parte activa de dos medicamentos populares: el "bálsamo tranquilo" y el "ungüento populeón" (pomada de adormideras, beleño y belladona).
- Los griegos y romanos usaron la belladona contra los dolores cancerosos.
- Recogidas las bayas antes de que maduren, se extrae de ellas un hermoso color verde que utilizan principalmente los pintores de miniaturas; y, después de maduras, suministran un magnÃfico color purpúreo.
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