Acónito, Anapelo o Matalobos
Aconitum napellus, L.
CaracterÃsticas
El acónito es una hierba ranunculácea de larga vida, de tallo elevado, grandes hojas alternas (siendo las superiores sin estÃpulas o apéndices) con un largo pecÃolo en su base, y flores azules dispuestas en racimos axilares o terminales.
Por su raÃz en forma de rabo, se la llama también "napelo" o "anapelo".
Esta planta silvestre crece en el hemisferio boreal, principalmente en las regiones frÃas o templadas pero montañosas, como Alemania (Bohemia), Suiza y los Pirineos.
Contiene un poderoso y terrible veneno llamado Aconitina, que se encuentra concentrado en sus hojas, flores y, sobre todo, en las raÃces. Por eso, aconsejamos no hacer uso de los distintos preparados del acónito sin el visto bueno del médico.
El acónito es conocido desde tiempos muy remotos. La mitologÃa griega dice que nació de la baba de Cancerbero; y Ovidio cuenta que entraba en la composición de la famosa bebida de la hechicera Medea. Plutarco refiere que, estando Hyrodes enfermo de hidropesÃa, su hijo Thraates le dio acónito para matarlo; pero, lejos de conseguirlo, curiosamente el enfermo se alivió de su mal.
Efectos tóxicos
Su acción venenosa se reconoce con sólo colocar la planta verde sobre la lengua: de inmediato se experimenta la sensación de dolor y de quemazón que se extiende hasta la garganta, adormeciendo y paralizando los órganos que toca.
Los primeros sÃntomas de intoxicación son: escozor en todos los miembros del cuerpo y picazón dolorosa en la lengua. Al notar estos sÃntomas, es preciso suspender de inmediato toda medicación a base de acónito. Olivier de Rawton escribe: "El acónito mata el cuerpo por partes, en detalles. La inteligencia conserva hasta el último momento su lucidez y calcula por minutos los estragos del veneno. El frÃo de la muerte principia por penetrar en las extremidades —manos y pies—, invadiendo, poco a poco, el organismo, mientras la vÃctima observa con horror esta espantosa invasión. La vida se va concentrando, poco a poco, al cora zón, el cual, no teniendo ya fuerza, pone en movimiento la sangre por última vez. Se acaba la respiración y el moribundo comprende que su espÃritu tiene por morada un cadáver. Por último, el pensamiento agota sus esfuerzos con una protesta suprema, en un esfuerzo desesperado por recobrar la salud".
Hay que tener presente, sin embargo, que el principio activo del veneno desaparece por la acción del calor o por la simple desecación de la planta. Además, las propiedades del acónito napelo varÃan, según parece, con el clima, pues Linneo cuenta que, p. ej., en Laponia se comen sus yemas tiernas, mientras que en Chile y otros paÃses templados origina terribles envenenamientos. En las regiones húmedas y bajas pierde su fuerza y sólo es peligroso en las regiones áridas.
Los principales son:
- el polvo, que se emplea a la dosis de 5 a 50 centigramos;
- el extracto acuoso, de 5 a 30 centigramos;
El el extracto con zumo no depurado, de 5 a 20 cg.;
- el extracto alcohólico, de 5 a 15 cg.; y
- la tintura, de 6 a 40 gotas.
- Uso medicinal del acónito
a. Como el acónito es un remedio peligroso, daremos aquà una fórmula para que se pueda tomar sin peligro y con mucho provecho en la tos congestiva, neuralgias, gota, gripe y, en general, como calmante y en afecciones causadas por un estado congestivo:
RaÃces 100 gr
Agua 300 gr
Alcohol de 90° 600 gr
Se tiene todo esto en maceración durante 15 dÃas, se filtra y se guarda en una botella bien cerrada. Dosis: para niños, 1 a 5 gotas; para adultos, 20 a 30 gotas, en ambos casos repartidas en pociones para tomar durante las 24 horas. Si estas pociones se toman con agua aromatizada, azúcar u otra substancia, el efecto es más seguro.
Si, en vez de raÃces, se prefiere usar hojas secas, se torna:
Hojas 200 gr
Agua 300 gr
Alcohol de 90° 700 gr
Se deja el conjunto en maceración durante 8 dÃas, se filtra y se guarda corno el preparado anterior. Dosis: para niños, 2 a 10 gotas; para adultos, 40 a 60 gotas, repartidas como ya se dijo al hablar de las raÃces.
- El acónito se ha usado con excelentes resultados en las neuralgias, especialmente de la cara, y en los dolores de muelas. El tratamiento es preciso que dure 6 dÃas. (Stoerk, Viena). Friccionando las encÃas con unas gotas de extracto de hojas o de raÃces sin alcohol e introduciendo en la muela cariada un trozo de algodón empapado en tintura de acónito, se obtiene casi siempre la curación radical. También se usa contra la ciática y la jaqueca, de origen neurálgico: hay curación completa en 2 de cada 3 casos.
- El ya citado Stoerk lo usó en los reumatismos corno calmante de los dolores articulares, y en casos de fiebre.
- El acónito se emplea también externamente, en dolores neurálgicos y gotosos. Para ello se toma:
Tintura de raÃces 10 gr
Alcohol de 20% 90 gr
y se fricciona la parte dolorida. Si se usan hojas secas, debe emplearse doble cantidad, esto es, 20 gramos.
- Se ha usado con buen éxito en la hidropesÃa, en las gastralgias y en el cáncer como calmante, y en las fiebres intermitentes.
La aconitina
De la planta se prepara hoy en dÃa un alcaloide, de nombre aconitina, que posee una acción tan violenta que un solo miligramo basta para matar un perro y de un modo más rápido aun que la estricnina o el curare.
La estricnina se saca de la nuez vómica (ver) y el curare de la Strychnos toxif era, Benth.
Los indios empleaban el curare para envenenar sus flechas; hoy se emplea contra el tétano, en inyecciones hipodérmicas. Su acción se produce sobre el sistema nervioso motor.
La aconitina se vende bajo la forma de pequeños gránulos que contienen 0,2 miligramos de dicho veneno. Tomándola en dosis convenientes, obra como un sedante poderoso para muchas afecciones, sobre todo nerviosas y reumáticas. Por tal motivo ha resultado ser casi una panacea universal.
El ya citado 0. Rawton dice, a propósito: "Los homeópatas, contentos de hallar una medicina activa bajo pequeño volumen y capaz, por otra parte, de ser globulizada, han hecho de la aconitina una panacea universal. En último resultado, esa substancia es un remedio heroico, cuyo empleo ha sido precisado por la medicina racional en beneficio de la humanidad".
Efectos tóxicos de la aconitina
Como todos los venenos, la aconitina produce efectos graduales, según las cantidades que se absorban.
Si la dosis es moderada, se presentan: intolerancia y repugnancia del estómago, al principio. Al cabo de media hora, sensación de escozor y hormigueo, primero en los labios y en la lengua, luego en el cuello y en la cara, y finalmente por todo el cuerpo. Sensación cutánea torpe; acción muscular difÃcil; respiración laboriosa. A la hora, el pulso, por de pronto acelerado, disminuye a 50 pulsaciones por minuto, como término medio; los sentidos pierden su actividad y la precisión de sus impresiones; hay pesadez y propensión al sueño sin que por eso se pierda el sentido. Los miembros se enfrÃan, produciéndose en ellos calambres sumamente desagradables. Después de 3 a 4 horas —término de acción de la mayor parte de los venenos vegetales—, todos estos sÃntomas desaparecen y el estado normal se presenta de nuevo; pero ese escozor o picazón perdura todavÃa por bastante tiempo.
Si la dosis es tóxica, los fenómenos que se acaban de describir toman mayores proporciones y adquieren gravedad, según la cantidad de veneno absorbido. Los nuevos sÃntomas pueden clasificarse en el orden siguiente: palidez, vértigos, náuseas, vómitos, postración extrema, pulso filiforme y lento, respiración difÃcil y desigual, voz apagada. Hasta aquà es aún posible conservar la vida. Los accidentes más graves se resumen asÃ: pérdida del sentido, fuerte dilatación de las pupilas, parálisis de las extremidades; luego, inmovilidad completa, únicamente turbada por ligeras convulsiones, pulso imperceptible, respiración rara y entrecortada. La muerte se origina por sÃncope y por asfixia.
Se empieza por tomar gran cantidad de bebidas mucilaginosas o aceitosas, favoreciendo, lo más que se pueda, los vómitos. Luego, fricciones para devolver el calor de la piel, lo mismo que sinapismos, frazadas calientes y guateros calientes. Se suministra al paciente té o café, inyecciones hipodérmicas de amonÃaco, de tanino, yoduro yodurado de potasio en solución muy diluida, etc.
Pero el enemigo mortal de la aconitina es la estricnina, que se administra por dosis de 1 a 5 miligramos a intervalos de un cuarto de hora, dosis que se puede aumentar un poco más si la persona es de edad y de constitución fuerte.
- Uso medicinal de la aconitina
- Como ya se dijo antes, la aconitina, en dosis moderadas, es sumamente eficaz para combatir las afecciones nerviosas y neurálgicas y, en forma especial, el reumatismo articular agudo.
- Se recomienda, además, en la hipertrofia del corazón y el aneurisma de la aorta, por deprimir la actividad cardÃaca.
- Al parecer, da buenos resultados con el tétano.
- Plantas de efecto similar al del acónito
Como el acónito pertenece a la familia de las ranunculáceas, nombraremos algunas de estas plantas, que tienen, más o menos, los mismos efectos que aquél. La más importante entre ellas es la estafisagria (Delphinium staphisagria, L.), de cuyas semillas se extrae la delfinina, veneno violento. Su contraveneno consiste en tomar en gran cantidad bebidas azucaradas y emolientes, como también en provocar vómitos tocando el velo del paladar, sin recurrir a los eméticos. Cuando han disminuido los cólicos y existe insensibilidad y abatimiento, se administran varias tazas de café y, de cuando en cuando, de 10 a 15 centÃgramos de alcanfor en una yema de huevo.
La delfinina se administra en las palpitaciones nerviosas o reumáticas con dolor precordial e hipertrofia, a causa de su efecto sedante sobre el corazón. También es excelente en las afecciones pulmonares en que predomina el elemento nervioso, como el asma, la tos ferina y la tos nerviosa. Los cantantes la usan contra la ronquera. Su eficacia contra las fiebres puerperales no está todavÃa demostrada de un modo seguro. |