CONJUNTIVITIS
La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, membrana que recubre el ojo y la parte interior de los párpados. Se manifiesta con enrojecimiento de la zona blanca del ojo, ardor, comezón y, a veces, sensación de tener arena alojada en los ojos. Cuando la conjuntivitis es de tipo infeccioso, puede acompañarse de un pus que pega los párpados durante el sueño.
La mayoría de los casos se deben a INFECCIONES VIRALES o bacterianas, pero otros son consecuencia de algún tipo de ALERGIA, de la presencia de cuerpos extraños (entre ellos lentes de contacto) o de la exposición a sustancias irritantes como contaminantes ambientales, cloro o cosméticos. Entre los recién nacidos puede darse el caso de una conjuntivitis debida a obstrucción de los conductos lagrimales. La conjuntivitis rara vez es síntoma de un trastorno ocular más grave.
Como la conjuntivitis infecciosa se propaga fácilmente por contacto entre las manos y los ojos, la persona infectada debe lavarse las manos con frecuencia y no compartir toallas ni cosméticos. Si las molestias no ceden espontáneamente al cabo de dos o tres días, hay que consultar a un oftalmólogo.
Lo que los terapeutas aconsejan
HERBOLARIA
Se prescribe lavar los ojos con una decocción de pincel, maravilla, flor de saúco, manzanilla, hierba pajarera, Euphrasia o llantén, o bien, aplicar compresas que contengan una infusión de cualquiera de esas plantas. Hay que tratar cada ojo por separado para no propagar la infección, y no hacerlo más de tres veces al día para evitar que se irriten.
Medidas para prevenir la conjuntivitis
Mantenerse apartado de pasto cortado, ambientes contaminados, sustancias químicas o cualquier cosa que irrite los ojos.
Usar anteojos protectores al realizar cualquier actividad en que se desprendan partículas de metal, madera u otros materiales.
No compartir toallas ni cosméticos, ni usar los ajenos.
Desobstruir los conductos lagrimales de los recién nacidos con un suave masaje en los párpados inferiores, junto a la nariz.
No cubrir los ojos irritados con parches, pues si hubiera infección se propagaría. No usar gotas ni lavados para los ojos con demasiada frecuencia, ya que pueden causar irritación.
Si se contrae una conjuntivitis, lavarse muy bien las manos antes y después de tocarse los ojos.
HOMEOPATÍA
Autoayuda Se recomienda lavar los ojos tres veces al día con una disolución de tintura madre de Euphrasia en 10 partes de agua hervida o destilada, o bien, tomar cinco tabletas de Ferruco phosphoricum con potencia decimal de 6, disueltas en agua caliente, cuatro veces al día.
Para la etapa inicial de la enfermedad, acompañada de lagrimeo por exposición al frío, al viento o a la luz, los homeópatas prescriben Aconitum napellus; Apis mellifica si hay dolor punzante, comezón, ampollas en la zona blanca del ojo y pus; Euphrasia officinalis si los ojos arden y lagrimean constantemente, causando parpadeo e hipersensibilidad a la luz brillante; Mercurius corrosivus para la conjuntivitis con pus y párpados pelados; Pulsatilla nigricans si existe una secreción espesa y amarillenta, comezón, ardor y propensión a los ORZUELOS, y Arsenicum album cuando los ojos están calientes y lagrimean.
NATUROPATÍA
Autoayuda La vitamina A es aconsejable para prevenir y combatir muchas afecciones oculares, pero debe tomarse bajo vigilancia médica, ya que su administración excesiva o prolongada puede resultar tóxica; es preferible tomarla en combinación con vitaminas D y E, sin exceder un total de entre 5.000 y 10.000 UI al día. Algunos terapeutas recomiendan también las vitaminas B2, B3, B6 y C.
El punto de vista ortodoxo
Para las conjuntivitis bacterianas, los médicos prescriben gotas a base de antibióticos; para las de tipo alérgico, antihistamínicos. Las conjuntivitis virales deben seguir su curso, pues los virus no responden a los antibióticos. En casi todos los casos, los síntomas ceden en un lapso máximo de una o dos semanas.