ENFERMEDADES PSICOSOMÃTICAS
No todo está en la mente
Las enfermedades psicosomáticas, es decir, aquellas que tienen manifestaciones fÃsicas pero a las que se atribuye una causa psicológica, son motivo de discrepancia en el seno de la medicina, y han dado lugar a varias posturas, dos de ellas opuestas. En un extremo se hallan quienes opinan que todas las enfermedades son psicosomáticas y en ellas intervienen, por tanto, el cuerpo y la mente: en el otro, quienes afirman que ninguna enfermedad lo es.
A principios de nuestro siglo, la palabra "psicosomático", derivada del griego psyche ("mente" o "alma") y soma ("cuerpo',), vino a sustituir términos, hoy desusados, como "neurosis orgánica" o "neurosis cardiaca", que se empleaban para referirse a trastornos corporales atribuibles a causas mentales.
Según quienes creen que todas las enfermedades son psicosomáticas, los padecimientos relacionados con el ESTRÉS, como el ASMA y la MIGRAÑA, tienen dos causas principales, ambas originadas en el propio organismo: por una parte, una excesiva secreción de hormonas que se vierten en el torrente sanguÃneo (lo que produce alteraciones en varias partes del cuerpo): por la otra, una hiperactividad del sistema nervioso que incrementa también el nivel sanguÃneo de adrenalina.
Ambas circunstancias se dan cuando la ira, la DEPRESIÓN, los sentimientos de culpa, el odio y otras emociones violentas se mantienen reprimidas o se exteriorizan con retraso. De este modo, por ejemplo, si no se puede expresar enojo contra una persona muy cercana, como el cónyuge o el jefe, la tensión acumulada puede dirigirse contra una u otra parte del propio cuerpo.
Lo anterior, a su vez, puede ocasionar di-versos sÃntomas, desde un parpadeo acelerado, tics o BRUXISMO hasta DOLOR DE CABEZA, malestar estomacal y DIARREA. Si esos sÃntomas persisten, pueden derivar en padecimientos más graves, como HIPERTENSIÓN y ÚLCERAS pépticas. Por su parte, el DUELO reprimido puede dar lugar a ENFERMEDADES RESPIRATORIAS.
Las enfermedades psicosomáticas a menudo están asociadas con la sensación de no tener las riendas de uno mismo. Por eso muchas terapias de autoayuda se proponen inspirar en el paciente un sentimiento de dominio sobre MENTE Y CUERPO. Este enfoque es de particular utilidad para quienes padecen más de un trastorno. Hasta no hace mucho, el tratamiento de estas enfermedades se basaba en una combinación de tranquilizantes y PSICOTERAPIA: actualmente se dispone, además, de un gran número de remedios heterodoxos.
Pese a que los médicos generalmente reconocen la existencia de algunas enfermedades psicosomáticas, hay pacientes que ponen reparos al uso de ese término por considerar que se refiere a padecimientos imaginarios. Se trata de un error: esto último se conoce como hipocondriasis, mientras que las enfermedades psicosomáticas son reales, aunque su origen sea psicológico. Sea como fuere, basta con recordar cuán Ãntimamente se relacionan la mente y el cuerpo para comprender cuánto pueden afectarse el uno al otro.
Lo que los terapeutas aconsejan
Entrenamiento autógeno Se dice que los trastornos fÃsicos producidos por el estrés responden muy bien a esta terapia. No obstante, algunos casos, como el de dolor sin causa fÃsica aparente, exigen tratamientos más prolongados.
Terapia por medio de la danza El propósito de esta forma de tratamiento es dar alivio a los trastornos psicosomáticos planteando nuevos métodos para entender los sentimientos que los causan y buscando formas más provechosas de expresar y comunicar esos sentimientos.
Hipnoterapia Numerosos estudios han demostrado la eficacia de la hipnoterapia. La relajación que produce es de particular utilidad para el asma bronquial. El terapeuta trata de desentrañar las raÃces del trastorno, a veces haciendo que el paciente reviva el suceso que lo desencadenó. Se dice que la autohipnosis también ha dado buenos resultados.
Flores de Bach Es importante determinar si existe o no un vÃnculo entre la enfermedad fÃsica y el estado mental o anÃmico; para ello hay que examinar los sentimientos propios con absoluta sinceridad y no pasar por alto cualquier factor emocional que sea persistente y que provoque malestar fÃsico. De este modo será posible elegir el remedio más apropiado.