Equinácea: el antibiótico vegetal
La equinácea no serÃa necesaria si nuestro sistema inmunológico funcionara siempre al 100%. AsÃ, no enfermarÃamos nunca. Pero en realidad factores como el agotamiento, el estrés o la mala alimentación pueden debilitarlo y hacernos vulnerables a múltiples enfermedades. Por eso, para dar un empujón extra a nuestras defensas, nada mejor que recurrir a esta planta medicinal, una de las más usadas en fitoterapia debido a su acción inmunoestimulante.
Parecida a la margarita
Aunque su cultivo como planta perenne de jardÃn se ha extendido a casi cualquier parte del planeta, la equinácea (también llamada Rudbeckia) es originaria del occidente de Estados Unidos, en cuyos terrenos arenosos y herbazales crecen tres variedades diferentes: la Echinacea angustifolia, la Echinacea pallida y la Echinacea purpúrea, según el color de sus flores: rosa, blanco y rojo o púrpura.Todas ellas tienen el aspecto de las margaritas, pero con un cono central más prominente y una altura superior, su tallo suele alcanzar una altura de entre 45 cm. y 1,2 m. y estar recorrido por ásperas hojas de color verde oscuro.
Además de para formar parte de nuestro botiquÃn, la equinácea también es perfecta para decorar terrazas, grandes jardines (en grupos sobre el césped) o incluso el interior de nuestra casa (luce mucho como flor cortada). Para elegir su ubicación, debes saber que le gusta el pleno sol (tolera una sombra parcial, que realza el color de sus flores) y, por tanto, resiste estupendamente el calor del verano; eso sÃ, siempre que el suelo donde se asienta esté bien drenado.
Por lo demás, no necesita grades cuidados. Aunque conviene que conozcas sus ciclos vitales:
Floración: verano/otoño. Comienza a florecer a inicios del verano y continúa hasta las heladas (las plantas obtenidas por semilla tardan dos años en florecer).
Multiplicación: primavera/otoño. Semillas en primavera para repicar en tierra en otoño.
Más allá de la jardinerÃa
La equinácea es una de las plantas medicinales más completas. No obstante, debes recordar que desde Plantasyhogar.com no damos consejos médicos. Si crees que puedes necesitar algún tratamiento, por favor, consulta a tu médico.
La parte más utilizada de esta planta medicinal es la raÃz (también se manufacturan preparados aprovechando la planta entera), que contiene equinacina, ácido cafeico y ácido chicórico. Estos principios activos incrementan la producción de glóbulos blancos y de interferón (una proteÃna sintetizada por nuestro propio cuerpo que neutraliza los virus). Gracias a estos componentes, la equinácea se ha ganado el sobrenombre de "antibiótico vegetal".
Debemos puntualizar que este apelativo no es del todo correcto, pues la planta no mata por sà misma las bacterias como un antibiótico clásico, sino que estimula nuestro organismo para luchar más y mejor contra las infecciones que éstas provocan. Además de ser muy beneficiosa para potenciar nuestro sistema inmunológico, tiene otros efectos positivos sobre la salud que han sido comprobados cientÃficamente desde hace décadas:
Acción antiséptica: aumenta la resistencia de la piel contra el ataque de bacterias, virus y hongos.
Acción antiinflamatoria: ofrece excelentes resultados en la cura de pacientes afectados de artritis crónica y reduce aproximadamente un 22% la inflamación articular. Además, al contrario que otros antiinflamatorios, la equinácea no provoca acidez estomacal.
Acción cicatrizante: ayuda a restaurar los márgenes de heridas abiertas. Además, es muy eficaz en el tratamiento por vÃa externa de úlceras, forúnculos, infecciones cutáneas y sabañones, reconstituyendo el tejido lesionado.
Acción antioxidante: protege el colágeno de nuestra piel de la acción dañina de los radicales libres y del oxÃgeno.
Acción antitumoral: su uso para combatir el cáncer está actualmente en fase de estudios y discusión; pero parece ser que contiene arabinogalactano, un principio activo que estimula la destrucción de células tumorales.