BIOAUTORREGULACIÓN
Aparatos para regular funciones vitales
El polÃgrafo o detector de mentiras que las autoridades penales de algunos paÃses utilizan no es más que uno de los numerosos aparatos e instrumentos que se han inventado para medir cambios en los estados fÃsico y mental de las personas. Los terapeutas usan estas máquinas para hacer que sus pacientes puedan observar realmente dichos cambios (por ejemplo, su temperatura corporal o el patrón de sus ondas cerebrales) y enseñarles después a regularlos mediante técnicas de RELAJACIÓN Y RESPIRACION, la TERAPIA POR VISUALIZACIÓN y la MEDITACIÓN. A este proceso de aprendizaje se lo llama bioautorregulación.
Los aparatos no influyen en absoluto en las funciones corporales: sencillamente proporcionan información sobre ellas. Una vez que la persona adquiere pericia para reconocer y regular sus reacciones, puede empezar a mitigar sÃntomas adversos como la ANSIEDAD y la PRESIÓN ARTERIAL alta.
No se sabe con certeza cómo funcionan las técnicas de bioautorregulación pero hay pruebas fehacientes de que influyen en el sistema nervioso autónomo, el cual gobierna funciones como la presión arterial, la temperatura de la piel, la digestión y la TENSIÓN MUSCULAR, respuestas que hasta hace poco se pensaba que eran completamente involuntarias. La bioautorregu-lación ha servido para demostrar que las personas pueden aprender a ejercer cierto control sobre esas funciones. Aplicaciones de la terapia La bioautorregulación puede emplearse para aprender técnicas de relajación y meditación y para ayudar a combatir diversas enfermedades. Por ejemplo, algunas personas han aprendido a prevenir ataques de MIGRAÑA y de DOLOR DE CABEZA por tensión (que se relacionan con tener las manos frÃas) aumentando a voluntad la temperatura de sus extremidades.
El medidor de la temperatura manual se usa para determinar el nivel de ansiedad, pues las manos tienden a enfriarse conforme ésta aumenta. El medidor de la resistencia eléctrica de la piel es similar a un detector de mentiras y también se emplea para cuantificar la ansiedad u el temor.
Muchas personas recurren a esta forma de terapia para regular su presión arterial sin tomar medicamentos, y con ayuda de ella es posible aprender técnicas de respiración para controlar la HIPERVENTILACIÓN, un sÃntoma común de pánico y ansiedad. Se afirma también que muchos trastornos relacionados con el estrés pueden prevenirse utilizando la bioautorregulación para aprender a relajarse en momentos especÃficos del dÃa.
En busca del terapeuta adecuado Muchos psicólogos y médicos toman cursos de especialización en técnicas de bioautorregulación para aplicarlas en hospitales y consultorios privados. El medio más directo para conseguir una cita con alguno de ellos es pedir información en alguna institución de salud pública o en una clÃnica particular.
La consulta Es común que el paciente bus-que ayuda para aprender a relajarse o a vencer trastornos fÃsicos o psicológicos concretos. El terapeuta elige el aparato más adecuado y explica su funcionamiento (por ejemplo, un medidor de la resistencia eléctrica de la piel si la persona padece ansiedad o un medidor de la temperatura manual si sufre dolor de cabeza); luego lo fija a la parte apropiada del cuerpo del paciente para que éste pueda ver u oÃr la señal que mide sus respuestas.
Pero antes de iniciar el adiestramiento, el terapeúta explicará que la fuerza de voluntad sola no basta para producir cambios en los estados fÃsicos que se están midiendo. A la persona se le pedirá que trate de ocasionar un cambio según las respuestas sometidas a prueba: por ejemplo, aumentar la temperatura de su mano o disminuir la tensión de sus músculos faciales.
La mayorÃa de los pacientes confiesan que cuanto más empeño ponen en lograrlo, tanto más tensos se sienten. Para superar esta dificultad el terapeuta dispone de varias técnicas especiales, entre ellas la respiración diafragmática, la relajación muscular progresiva , la autosugestión, la visualización y la meditación. Casi todas estas técnicas implican prescindir de la voluntad consciente y tratar de modificar el estado fÃsico de manera indirecta o usando la imaginación; a este proceso se lo llama "voluntad pasiva". Una vez que el paciente aprende la técnica, la señal del aparato cambia, lo que indica que ha influido en su estado fÃsico. Esto le permite alcanzar el dominio del proceso de voluntad pasiva pues sabe cuándo está obteniendo resultados y puede ajustar sus respuestas consecuentemente.
Para que la bioautorregulación resulte eficaz la persona también debe practicarla en casa sin ayuda de los aparatos. Las sesiones de adiestramiento suelen ser seis (una cada semana), y la terapia termina cuando el paciente logra controlar voluntariamente sus respuestas fÃsicas. A partir de entonces conservar la buena salud depende de practicar con regularidad lo aprendido.
Autoayuda Hay aparatos de bioautorregulación que pueden usarse en casa para aprender a relajarse.
El punto de vista ortodoxo
La bioautorregulación es una de las pocas terapias no ortodoxas que se basan en principios cientÃficos establecidos. La mayorÃa de los aparatos que emplea fueron diseñados originalmente para aplicarse en investigaciones clÃnicas y experimentales, y las respuestas que miden son reconocidas por los médicos como indicadores exactos de procesos corporales. Aunque los médicos no saben cómo influyen en dichas funciones actividades como la meditación y la respiración, admiten que éstas a menudo producen cambios mensurables.
En un estudio realizado en la década de 1970 con personas que tomaban medicamentos antihipertensores se encontró que, después de aprender la bioautorregulación, casi la tercera parte de ellas podÃa normalizar su presión arterial sin necesidad de fármacos. Y en otro experimento se comprobó que la técnica ayudaba a cuatro de cada cinco enfermos de migraña a mitigar sus sÃntomas.
Los "relojes'" corporales o "ciclos" internos llamados "biorritmos". Los ciclos fÃsico y emocional fueron descritos por primera vez hacia 1900 por los médicos Wilhelm Fliess y Herman Swoboda, cada uno por su parte, y el tercero fue descubierto por el ingeniero Alfred Teltscher unos 20 años después.
El ciclo fÃsico dura 23 dÃas y supuesta-mente gobierna la fuerza muscular, la resistencia, la confianza en uno mismo, el impulso sexual, la inmunidad a las enfermedades y la rapidez de recuperación; el emocional dura 28 dÃas y al parecer regula el estado de ánimo, las reacciones nerviosas y la aptitud creativa; el intelectual, en cambio, se prolonga durante 33 dÃas e interviene en la capacidad de tomar decisiones, la memoria y el aprendizaje.
Los ciclos de una persona pueden registrarse en forma gráfica como ondas que fluctúan arriba y abajo de una lÃnea horizontal llamada lÃnea cero. La gráfica proporciona un cuadro de los altibajos y de los dÃas "precautorios" que dicha persona puede esperar en las semanas venideras. Aplicaciones Se considera que todo el mundo puede obtener provecho de conocer la relación entre sus biorritmos y sus pautas de comportamiento habituales. Una gráfica es incapaz de predecir con absoluta certeza si alguien va a sufrir un accidente o a contraer un resfriado pero puede ayudar a prevenir ambos contratiempos. Se dice que si se fija la fecha de una operación quirúrgica con ayuda de una gráfica de biorritmos, pueden aumentar las probabilidades de recuperación del paciente, aunque esta afirmación no cuenta con fundamento cientÃfico.
Determinación de biorritmos Hay algunas agencias dedicadas a realizar pronósticos biorrÃtmicos computarizados con vigencia de 6 a 12 meses, las cuales se anuncian en publicaciones naturistas. Otra opción es consultar libros sobre el tema y trazar uno mismo su propia gráfica.
El punto de vista ortodoxo
La teorÃa de los biorritmos constituye una explicación aceptable de las fluctuaciones del estado anÃmico de los seres humanos, pero para muchos médicos es inexacta y por eso no puede ser tomada como fundamento cientÃfico para predecir comportamientos ni para ayudar a los pacientes.
Se sabe que nuestra actividad vital está sujeta a ritmos regulares: el cuerpo tiene "relojes" internos que regulan la temperatura, los niveles de hormonas, el ciclo menstrual en las mujeres y otras funciones. La rotación de la Tierra induce en nosotros los periodos diarios de vigilia y sueño, y las estaciones del año producen cambios en nuestra actividad y estado de ánimo; además, los cientÃficos han demostrado que en ciertos momentos del dÃa las personas alcanzan la plenitud de sus funciones.
Pero aún no es posible establecer con exactitud la función de los biorritmos en el estado de salud de las personas. Aunque hay muchos casos bien documentados que confirman la hipótesis de que en ciertos dÃas somos más propensos a las enfermedades (como el de Cristina Onassis, cuya muerte repentina se produjo un dÃa en que sus tres ciclos estaban en fase pasiva), no hay pruebas irrefutables al respecto.